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Su sueño NBA estaba firme y supo que era el momento de arriesgar, en Madrid había ganado todo siendo figura en uno de los clubes más importante del mundo, pero quería más. Entonces lo charló con su agente Claudio Villanueva para ver qué posibilidades había y todo se fue encaminando hacía un nuevo desafío.

Salir del Real y dejar atrás  el alto contrato que lo ligaba al club merengue era una barrera difícil de superar, pero no imposible. Llegó a un acuerdo y consiguió el sí que le abría la puerta a su sueño, pero para eso faltaba mucho y había una temporada europea que arrancaba.

“Desde el día que le dije al Real Madrid que iba a intentar negociar mi salida, no pude dormir más. Un mes sin dormir estuve”, arrancó contando Facu en un charla muy distendida con Migue Granados en su programa Playroom que se emite por ESPN.

En el aquel entonces de la entrevista, Facundo recién estaba llegado a Denver y le describió algunos detalles de su llegada con la chispa y la complicidad que genera el conductor con sus entrevistados, en este caso con Facundo. “Cuando llegué a Denver y firmé, a partir de ahí me empecé a sentir jugador de NBA, antes no quería saber ni que se diga nada hasta que no esté todo firmado”, remarcó el cordobés del momento en se relajó y pudo descansar un poco más.

No obstante, no fue un camino de rosas su llegada a la máxima liga del mundo, ya que desde lo económico fue duro, pero desde lo sentimental también. Dejaba en Madrid y en España muchos amigos, pero como era su sueño eso no era una traba, pero para alguien de su seno familiar si era una especie tristeza y nostalgia.

Granados le consultó por su familia y como vivieron ese cambio de arribar a la NBA y en primer medida con tono serio, Campazzo le contó que su hermano estaba muy emocionado, que veía videos en las redes sociales y se ponían a llorar un poco hasta que llegó el momento de describir como estaba su mamá, María Elena

“A mi mamá fue la que más le costó el cambio porque se sentía cómoda con el idioma en Madrid”, relató Campazzo con un tono todavía serio, hasta que Granados le metió un bocadillo, entonces ‘decile a tu mamá que se quede ella jugando en Madrid’, el armador explotó de risa e imitó la voz de su madre y sus palabras: “Ay no, por favor a mí me gusta Madrid, me cuestan los cambios”.

Tras las risas el base agregó que le respondió: “A mí me tiene que costar, no a vos. Yo soy el que voy a jugar en la NBA”, poniendo las cosas en su lugar con su madre quien lo acompaña a Facu a todos lados y junto con su hermano son los hinchas número uno.

Zanjada la disidencia familiar, Campazzo llegó a los Nuggets para jugar y tras unos partidos de estudio de ver como venía la cuestión, ya se siente muy cómodo con el día a día y en la cancha demuestra en cada minuto su estadía en Estados Unidos pinta para ser larga y seguramente que  María Elena cuando Facu deje la NBA ya hablará inglés perfectamente que hasta podrá ver película en inglés sin subtítulos en español.