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Reggie Miller cumple 57 años este 24 de agosto. Por ese motivo, recordamos la carrera del nacido en Riverside en 1965 y quien tuvo que sobreponerse una deformidad en la cadera desde que era niño. Aún así, pudo brillar en su camino universitario en UCLA convirtiéndose en el segundo máximo anotador de la historia, sólo por detrás de Kareem Abdul-Jabbar.

Miller fue apodado the Killer durante su trayectoria en la NBA, que empezó tras ser seleccionado en el Draft de la NBA de 1987 por los Indiana Pacers, con el pick número 11, compartiendo camada junto a David Robinson y Scottie Pippen. El escolta jugó toda su carrera en el equipo fundado en 1967, disputando 18 temporadas en total.

Salvo sus primeras dos campañas con los Pacers, disputó siempre los playoffs, llegando a las Finales de la NBA en la temporada 1999-2000, en las que cayeron ante Los Ángeles Lakers, por 4-2. Además, llevó a la franquicia a disputar cinco Finales de la Conferencia Este, siendo la más recordada la serie de 1998, cuando forzó un séptimo partido frente a los Chicago Bulls de Michael Jordan con un game-winner memorable.

"Sabía que iban a poner a Jordan a marcarme. Entonces, corrí directo hacia su pecho para que no tuviera la oportunidad de reaccionar", contó el exjugador en la serie documental The Last Dance sobre el icónico tiro. Además, protagonizó enfrentamientos que se volvieron clásicos frente a New York Knicks y a Detroit Pistons en la década del '90.

El cinco veces All-Star y miembro del Salón de la Fama revolucionó el juego en su época convirtiéndose en el máximo anotador de triples en la historia de la NBA hasta que Ray Allen lo superó en 2011. Sus icónicos tiros desde el perímetro, su mecánica de tiro y su movilidad para encontrar espacios inspiraron a que Stephen Curry, quien abiertamente lo reconoció como "su jugador favorito de todos los tiempos".