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Que el triple ha cambiado el juego del básquetbol en el mundo entero no es ni novedad ni discutible. Todos lo aceptan. Pero su evolución ha sido particular, aunque ha sido en la NBA donde se ha dado su salto más disruptivo en los últimos 10 años, en donde pasó de 18.4 lanzamientos por equipo por partido, a casi el doble, 35.5, en la actual 2021/22. 

Sin embargo, este año también se ha dado el porcentaje más bajo global en la Liga (34.8%) desde la temporada 2003/04, un año después del porcentaje más alto (36.7%). ¿Es el cambio de pelota, Wilson por Spalding, el causante? Para algunos es decisivo, mientras que para otros es simplemente una excusa. Igual, hay datos interesantes para medir. 

Steph Curry, que rompe diariamente récords de triples de todo tipo y que está a nada de convertirse en el mayor anotador de la historia de la fase regular (ya lo es sumando regular más playoffs), está tirando un buen porcentaje (41.3), pero que marca el segundo más bajo de su carrera, si no contamos el de la 2019/20, donde jugó solo 5 partidos. 

Otros grandes lanzadores, particularmente algunos veteranos, quizá con más años acostumbrados a la Spalding, les ocurre lo mismo. Es notorio lo de Paul George (casi 10% más abajo de los dos años anteriores), o James Harden (tirando el porcentaje más bajo de su carrera), siendo algunos ejemplos claros. Lillard lo mismo. Sin embargo, otros, más jóvenes, no se ven afectados por el cambio, caso Trae Young, que con el 38% está en el mejor nivel de su estadía en la NBA. Parecido ocurre con Lonzo Ball y Jayson Granger. 

George fue el más contundente en cuanto a la influencia del cambio de balón: "Es distinto. Tiene menos suavidad. Se verán muchos airballs este año", dijo el de los Clippers. Su colega, y también gran tirador, CJ McCollum, que no está en un gran año en porcentaje, se alejó de esa postura. "La pelota no tiene nada que ver con los triples que erro. Es culpa del tirador. Que quede en los registros". 

Sacando el tema del balón, y volviendo al de la irrupción violenta del lanzamiento de tres puntos, no deja de impactar lo que ha crecido ese tiro en los últimos 10 años. Desde la temporada 2011/12 a la 2020/21, todos los años subió la cantidad de conversiones e intentos. Conversiones de 6.4 por equipo por partido, a 12.7 el año pasado (casi el doble), e intentados de 18.4 a 34.6 (este año llevan 35.5, el máximo histórico). 

¿Cuál es el motivo para que haya crecido en 10 años como nunca antes, siendo que el triple está hace 43 años? Porque en 1980 (el primer año) se tiraban 2.8 triples por partido, que saltaron a 6.6 en 1988/89, para pegar dos saltitos más a 9 (92/93) y 15.3 (94/95), amesetándose desde ahí durante muchos años, hasta la mencionada 2011/12 (18.4). Entonces empezó el vértigo imparable hacia arriba. 

Probablemente la tecnología y el estudio al detalle de cada tiro, hizo que empezara el despegue, como también la irrupción de un revolucionario como Daryl Morey, que se enfocó en el tiro de tres como arma central en sus Rockets. Lo que queda claro es que el aumento va creciendo cada vez más y hoy hay equipos que ya tiran casi la misma cantidad de dobles que de triples. Utah lanza 42.7 triples contra 43.3 dobles y Golden State 41.1 contra 45.8.

¿Hay que hacer algo desde la NBA para frenar esto? ¿Le hace mal al juego, o bien? Hay un índice que, si bien no está sostenido solo por el triple, es contundente. En la 2003/04, misma temporada del peor porcentaje de triples comparado con el actual, los equipos promediaban 93.4 puntos por juego. En la 2020/21, la media fue de 112.1, casi 20 puntos más, algo que la Liga siempre propició, porque sostiene que es eso lo que genera público y atractivo. Quizá haya que cambiar algunas reglas (línea más alejada, canchas más grandes), pero está claro que esto va hacia más. Hasta dónde llegará, ése es el gran misterio.

PTE: Partidos totales de equipo. Esto es, se suman 2 por cada partido (1 por equipo), para sacar los promedios de lanzamientos y conversiones. PROM: Promedio por equipo por partido.