La fuga de talentos a la NCAA que afecta cada vez más a Europa
18:43 21/06/2024 | Las salidas de Jakucionis, Digne y varios más desde el Viejo Continente al básquet universitario son una muestra más del poderío de Estados Unidos desde lo monetario para los jóvenes.
La NCAA y el famoso NIL están haciendo estragos en las inferiores de Europa. Las salidas de Ismaila Diagne y de Egor Demin de Real Madrid y de Kaspars Jakucionis de Barcelona hacia el básquet universitario siguen generando debate en el Viejo Continente.
Sin ir más lejos, el lituano recibirá 750 mil dólares por jugar en la Universidad de Illinois, cuando recién a sus 18 años estaba jugando en las categorías base de los Blaugranas y era un candidato a subir al primer equipo para la próxima temporada. El senegalés, por su parte, jugará en Gonzaga y el ruso llegará a BYU.
Esta cuestión ya comenzó la pasada temporada, con las salidas a la NCAA de Jan Vide del Real Madrid, Berke Buyuktuncel desde Turquía y de Aday Mara desde Casademont Zaragoza. El interno español hasta ya gozaba con buen lugar en la rotación del equipo de ACB, pero decidió partir a UCLA junto a los dos antes mencionados y no tuvieron los minutos y el rendimiento esperados.
Otro caso que ha dado que hablar es el del portugués Rubén Prey, que dejó Joventut para ir a jugar a St. John’s, ganando más de 500 mil dólares por temporada. En su caso, sigue atado a Joventut, como explicó Dani Miret, entrenador del equipo de Badalona en Esports BDN: “No perdemos sus derechos y contrato, iría un año y volvería. Es positivo para él, demostramos al jugador joven que es compatible tener un desarrollo. Puede ganar 1 año mejorando técnicamente”.
También es cierto que al máximo nivel europeo, en la Euroliga, los minutos para los jóvenes talentos se han reducido cada vez más.
En charla con Básquet Plus, Francisco Cáffaro relató los peligros del NIL y cómo está dándose en la actualidad: “Cambió todo. Cuando llegué no había y me da mucha bronca (risas) porque perdí toda mi carrera. Teniendo la carrera que tuve que fue normal, me podría haber ido con un par de millones de dólares en el bolsillo, simplemente por ser parte de un equipo. Hay jugadores que cobran millones por estar en el equipo y otros que ni siquiera juegan y cobran 200 o 300 mil al año. Llegando a Virginia, que fui red shirt y fuimos campeones, al año siguiente podríamos haber hecho mucho dinero. Al mismo tiempo creo que es complejo porque no hay regulaciones, todos pueden hacer lo que quieren, ofrecer lo que quieren. Hay un profesionalismo muy desregulado. Ahora que cambiaron las leyes del portal de transferencias, que podés entrar todas las veces que querés, en unos años van a tener que empezar a regular todo eso, pero el mientras tanto es un desastre”.
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