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El 17 de marzo de 2011, Juan Fernández vivió su jornada consagratoria en el básquet universitario estadounidense. En una de las citas más recordadas para un argentino en el March Madness, el base cordobés fue la gran figura en la victoria de Temple University sobre Penn State por 66-64, un triunfo que puso fin a 11 años de sequía para los Owls en el torneo. Con un rendimiento de elite, 23 puntos y la frialdad para encestar el tiro ganador a menos de medio segundo del final, el armador se aseguró un lugar en la historia grande de su universidad.

Temple y Penn State se intercambiaron el liderazgo del marcador en diez oportunidades y nunca hubo una diferencia mayor a cuatro puntos en el segundo tiempo. Con el partido empatado en 64 y doce segundos por jugar, la pelota quedó en manos del cordobés, quien tras un par de amagues tomó un lanzamiento exigido desde cinco metros. La pelota besó la red y desató el delirio de Temple, que volvía a ganar en el gran torneo después de una década de frustraciones.

Fernández no solo anotó el doble ganador, sino que también fue el motor de su equipo en los minutos finales. Con 28 segundos restantes y una ventaja mínima, fue a la línea de libres y convirtió ambos tiros para estirar la diferencia. Aunque Talor Battle igualó el marcador con un triple desesperado, el argentino no se amilanó y asumió la responsabilidad en la jugada definitiva. Esa decisión, respaldada por su talento y temple, lo elevó a la categoría de héroe universitario por una noche.

Aquella actuación sigue siendo una de las más recordadas para un argentino en el torneo de la NCAA. El Lobito, que hoy con 34 años sigue en actividad en la Serie A de Italia con el Reyer Venezia, cerró su carrera universitaria con cuatro participaciones en el March Madness. Su camino en 2011 terminó en la segunda ronda ante San Diego State, en un duelo donde sumó 14 puntos, pero nada pudo empañar aquella noche en la que desató la locura.

 

 

 

 

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