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En una NCAA cada vez más mediática, Audi Crooks ha irrumpido como un verdadero fenómeno. Con 1,90 metros de altura y cerca de 100 kilos de potencia, la pívot de Iowa State está destrozando rivales con promedios de 23,0 puntos y 7,7 rebotes por partido, además de un impresionante 59,7% en tiros de campo. Su actuación en el March Madness de 2024 quedó en la historia: 40 puntos con 18 de 20 en tiros de campo ante Maryland. "Su mundo, su vida, cambió para siempre en ese partido", aseguró su entrenador Bill Fennelly.

El ascenso de Crooks, sin embargo, no ha estado exento de obstáculos. Desde su etapa en el instituto Bishop Garrigan, donde se convirtió en la tercera máxima anotadora de la historia del estado de Iowa con 2.734 puntos, tuvo que lidiar con críticas y burlas por su físico. "Puede que haya 100 comentarios sobre mi cuerpo o sobre mi aspecto, pero también hay 1.000 sobre mis habilidades, sobre mi carácter, sobre cómo sonrío y cómo trato a los demás", afirmó la jugadora, quien tomó los ataques como un incentivo. Su madre le inculcó una estrategia clara: "Sólo trata de matarlos con amabilidad, porque entonces no les darás munición para responder".

A pesar de las dudas sobre su adaptación al nivel universitario, Crooks respondió con creces. En su primer año, bajo un plan de acondicionamiento que le hizo perder más de 20 kilos, pasó de soñar con jugar 10 minutos por partido a promediar 26,2 minutos, 19,2 puntos y 7,8 rebotes. En 63 de los 64 encuentros que disputó con Iowa State, anotó al menos 10 puntos, consolidándose como una referencia ofensiva. En su última actuación, destrozó a sus rivales con 36 puntos y 10 rebotes, demostrando que su impacto va más allá de cualquier etiqueta.

Kevin Garnett, impresionado por su dominio, le puso el apodo de "Lady Shaq". Y aunque el reconocimiento de estrellas NBA refuerza su estatus, lo que más destaca es su capacidad de sobreponerse a los prejuicios. "Si haces algún comentario, es porque me estás mirando. Encendiste la televisión para verme jugar y poder decir algo malo. Eso es increíble. Me encanta. Gracias por ser mi audiencia", sentenció Crooks, una jugadora que, entre sonrisas y canastas, ha convertido la adversidad en combustible para su grandeza.