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La NBA es un mundo aparte, no quedan dudas. Hay miles de personas abocadas a una de las organizaciones dedicadas al deporte más grande del mundo, es mucho más que los jugadores que se ven dentro de la cancha realizando grandes y destacadas acciones. Además de estar los cuerpos técnicos, los asistentes, los directivos y los árbitros.

Los árbitros suelen tener una injerencia fundamental en los partidos y, aunque no tengan hinchada personal, son los más nombrados y siempre están en el ojo de la tormenta. Uno de ellos, Tim Donaghy, protagonizó el mayor escándalo de apuestas clandestinas de la historia de la NBA.

Tras una extensa carrera en el básquet estadounidense en distintos estamentos, Tim comenzó a trabajar en la NBA en 1994 y estuvo allí durante 13 años, en ese período dirigió casi 800 partidos entre fase regular y playoffs.

Siempre fue un árbitro muy respetado y con buena reputación entre los encargados de impartir justicia. Entre sus dos recuerdos más importantes aparecen un encontronazo con Rasheed Wallace, en 2003, cuando el interno jugaba en Portland Trail Blazers; terminó siendo suspendido por siete partidos. Un año más tarde, participó de la recordada pelea entre Indiana Pacers y Detroit Pistons, el día que volaros sillas, hubo peleas entre jugadores e hinchas en The Palace of Auburn Hills.

Pero lo peor estaba por llegar. En 2007 se destapó una trama secreta de arreglos de partidos en la cual el protagonista principal fue el propio Donaghy. Tras un largo proceso de investigación y lo que el propio Tim terminó reconociendo su culpabilidad y su adicción al juego. Fue condenado a 15 meses de prisión y debió pagar $500 mil dólares de multa y poco más de $200 mil a la NBA como indemnización.

Nunca se terminó de esclarecer la situación, tanto FBI como NBA decidieron darle una solución rápida al tema. Se habla de más de 60 partidos que fueron amañados y en algunos que se analizaron como prueba, no se ven claros indicios pero sí situaciones puntuales: una mayor cantidad de faltas pitadas a favor del equipo ganador, por ejemplo, así obtuvo ganancia en el 75% de sus apuestas y ganó, aproximadamente, $30 mil dólares por año.

Sus compañeros en este hecho fueron James Battista y Tommy Martino, ambos viejos conocidos de Tim. Solo una vez se vieron cara a cara los tres y arreglaron el pago de $2 mil dólares para el árbitro por cada partido que los apostadores ganaban. Donaghy se comunicaba con Martino con celulares que utilizaba una vez y los tiraba, el árbitro le preguntaba por sus hermanos como indicio para saber por quién apostar: si hablaba de Chuck, debían apostarle al local; si mencionaba a Johnny, había que poner plata en el visitante.

También se benefició de sus conocimientos y relaciones con los demás árbitros, los jugadores, entrenadores y la organización misma. Luego se descubrió que, aprovechando de estas situaciones mencionadas, Allen Iverson y Kobe Bryant, junto a Los Angeles Lakers, fueron utilizados para sacar ganancias económicas.