Basquetplus.com

Muchas veces las elecciones del draft suelen ser lo esperado, los jugadores suelen rendir como se espera de ellos. Pero también hay casos de otros que rinden por encima de lo esperado, como el caso del argentino Manu Ginóbili y otros que eran grandes promesas, se los eligió por ese motivo, pero estuvieron lejos de cumplir con las expectativas.

Uno de los grandes fiascos del draft de la NBA se dio en 1984. Portland Trail Blazers venía de acumular algunas malas temporadas, un año antes había elegido en la posición 14 a Clyde Drexler y estaba experimentando buenos resultados. 

En 1984 los Blazers tenían la segunda selección y estaban en la búsqueda de un pivote para poder juntarlo con Drexler. Pero había un inconveniente: uno de los jugadores disponibles en el draft era un jovencito muy prometedor, que ya era una estrella y lideró a North Carolina a ganar un campeonato de la NCAA y dominó la competencia; sí, ni más ni menos que Michael Jordan.

Bowie era un jugador prometedor, un interno dominante pero que sufría mucho las lesiones, se perdió dos temporadas por diversos problemas de salud. Pese a eso, estaba llamado a dominar la NBA junto a Ralph Sampson. 

Pero los Blazers recibieron un llamado importante: Bobby Knight se comunicó con la gerencia de la institución exclusivamente con la gerencia de la franquicia para avisarles que el joven escolta de Carolina del Norte tenía futuro de estrella. ¿Quién era Bobby Knight? Entrenador del seleccionado estadounidense durante los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984 y había citado al propio Jordan como una de las grandes figuras de la NCAA.

Knight le expresó a Stu Inman, general manager de los Blazers en ese momento: "Elige a Michael Jordan”. La sorprendente respuesta que recibió fue: "Necesitamos un interno”. Tenían la posición de Michael cubierta por Drexler y la única posición con deficiencia era la de pivote.

Ante esta respuesta, Knight insistió: "Entonces, háganlo jugar de pivote. No me importa, pero es él”. Finalmente Inman eligió en la segunda posición a Bowie, siguiendo lo que habían pensado y Jordan fue escogido una posición detrás por Chicago Bulls. 

Sam nunca terminó de impactar en la NBA, justamente por las lesiones. Se perdió una temporada entera y apenas sumó 139 partidos en los Blazers en cuatro años. Su carera se fue apagando con el correr de los años, todo lo contrario con lo que sucedió con Jordan.