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Golden State apostó a toda su experiencia para quedar a un paso de las semifinales del Oeste. Los Warriors superaron por 109 a 106 ante los Rockets en un cierre no apto para cardíacos.

Jimmy Butler fue figura con 27 puntos, seguido por 26 de Brandin Podziemski y 17 de un Steph Curry que fue marcado cara a cara todo el juego, sumado a 15 de Buddy Hield. En los visitantes no alcanzaron los 31 puntos de Alperen Sengun, los 25 de Fred VanVleet y los 17 de Amen Thompson.

Los Warriors tuvieron un gran comienzo de partido con Podziemski como referente y un buen ingreso de Post. Sin embargo, los Rockets se afirmaron poco a poco y reaccionaron desde la defensa, sumando a Brooks y Thompson en ofensiva, aunque los locales cerraron el primer cuarto arriba por 28-26.

En un segundo cuarto donde Houston supo controlar tanto a Curry (con marca cara a cara) como a Butler, poco a poco tomó el control en un pasaje sumamente físico y que tuvo altercados en dos oportunidades. En este contexto, el cierre tuvo a los Rockets supieron cortar líneas de pase y clavaron un parcial de 10-0 para llegar al entretiempo en ventaja por 57-50.

Un 10-0 en el arranque de la segunda mitad le devolvió la vida a Golden State con Butler como estandarte. Y ese parcial se convirtió en un 18-1 con goleo colectivo y secando completamente en defensa a Houston, para sacar máxima de 68-58. Sin embargo, con Sengun como gran protagonista, los visitantes reaccionaron e igualaron poco a poco nuevamente el marcador, ingresando al cierre 82-80 abajo gracias a Podziemski en los dueños de casa.

Y al igual que lo que hicieron los Warriors en el tercero, Houston tomó el control y hasta pasó al frente. Con VanVleet a la cabeza, los visitantes sacaron 4 de diferencias a 4 minutos, aunque Butler y Hield metieron un 7-0 y volvieron al frente a 2 minutos del final. De allí, un triple de VanVleet y un doble de Sengun inmediatamente después de 3 libres de Butler dejaron todo 117-116. Y fallos de Butler y Curry le dieron la chance a Houston a 17 segundos para el final. Y allí apareció el estandarte defensivo de un Draymond Green que tuvo una enorme defensa sobre Sengun y no le permitió tirar cómodo, con Jimmy bajando el rebote y poniendo cifras definitivas

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