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Pau Gasol dará un paso más en su carrera de leyenda. Es que desde este martes su camiseta 16 colgará sobre el cielo del Crypto.com Arena junto a la de los jugadores más icónicos.

“Sin Pau Gasol no hubiésemos sido campeones” destacó sin dudar Jeanie Buss, la dueña de los Lakers en conversación con Marca. Y pocas cosas más claras que ello, ya que a su llegada el equipo de Phil Jackson luchaba solo con Kobe Bryant a la cabeza y necesitaba un cambio que lo ayudara a ser candidato de mínima.

“La realidad es que no habría ganado esos dos últimos anillos sin Pau. Los Ángeles no tendría esos títulos sin él. Lo sabemos, todo el mundo lo sabe” no dudaba en destacar Bryant.

Tanto los Lakers como Pau Gasol se necesitaban. Los angelinos querían una segunda espada para seguir a Black Mamba, y el español necesitaba llegar a un equipo con opciones de ser campeón desde Memphis.

Y eso se produjo en la 2007-08, exactamente el 3 de febrero del 2008, cuando llegó en un traspaso a cambio de Kwame Brown, Javaris Crittenton, Aaron McKie, dos primeras rondas de draft y los derechos de su hermano Marc.

A partir de allí fueron siete temporadas de ensueño para el pivote, quien maravilló ya de inicio con su conexión con Kobe y ayudó a llevar al equipo a las finales, donde caerían ante los Celtics. Pero la segunda temporada ya el equipo no falló, y Pau fue completamente indispensable, tanto para el título ante Orlando en la 2008-09, como para festejar en la 2009-2010 en el clásico ante los Celtics, donde dio clases de cómo lastimar en la pintura ante un equipo que tenía a Kevin Garnett como gran baluarte defensivo.

En total fueron siete temporadas y 429 partidos, con 17.7 puntos, 9.9 rebotes y 3.5 asistencias de promedio. Pero las estadísticas se quedan cortas ante el legado que dejó en la franquicia.

Uno de los más grandes internacionales de la historia de la NBA comienza a ser leyenda y los Lakers lo honrarán de la mejor forma que saben hacerlo.