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Tras cerrar la temporada 2024-25 con un desolador récord de 21-61 —el cuarto peor de toda la NBA—, los New Orleans Pelicans decidieron tomar una drástica decisión: despedir a su vicepresidente de operaciones David Griffin. La dirigencia consideró que era momento de un nuevo rumbo, y para encabezar esa reconstrucción optaron por una figura de peso: Joe Dumars, leyenda de los Detroit Pistons y campeón tanto como jugador (1989, 1990) como ejecutivo (2004). 

Dumars, originario de Luisiana y formado en McNeese State, regresa a su estado natal con una misión compleja pero no imposible: reencauzar a una franquicia marcada por las frustraciones y los proyectos inconclusos. Con experiencia de 14 años como presidente de los Pistons y un breve paso como alto ejecutivo de la NBA, su nombre trae credenciales sólidas y un historial de armado de equipos campeones. Su contratación implica no solo un cambio de mando, sino una nueva visión para la construcción del plantel de cara a la temporada 2025-26.

Uno de los primeros desafíos de Dumars será resolver la continuidad del entrenador Willie Green y definir qué hacer con Zion Williamson, la estrella que no ha logrado consolidarse como líder del equipo entre lesiones y falta de regularidad. En una conferencia Oeste cada vez más competitiva, New Orleans necesita ideas nuevas y una planificación a largo plazo.