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Michael Jordan fue el mejor jugador de la historia de la NBA. Pese a que hubo y hay grandes estrellas que tratan de imitar lo relacionado por Su Majestad. Uno de los mejores jugadores de las últimas dos décadas es LeBron James, que lleva 20 años dominando la mejor liga del planeta.

Una de las llamadas a ser una de las grandes estrellas del futuro es, justamente, el hijo mayor de LeBron: Bronny. El joven causa gran sensación mientras juega en la escuela de Sierra Canyon y muchos ya preparan sus cañones para el draft de 2024 con el propio primogénito de James como gran objetivo, además eso podría atraer a su padre.

Pero hay alguien que quedó completamente alucinado cuando vio jugar en vivo a Bronny: el mismísimo Michael Jordan. LeBron aprovechó el paréate de los Lakers para Navidad, puso a andar los aviones que tiene guardado, partió con su familia y a algunos compañeros de su hijo mayor a Júpiter, un pueblo de la lujosa Palm Beach en Florida.

LeBron les había preparado a los chicos unas camisetas personalizadas con los colores de los Lakers y los jovenes a jugar al aire libre a una famosa cancha, bajo el nombre de “Nosrevi Nella”. El partido improvisado tenía un espectador de lujo: el propio Jordan. 

Una vez terminado el picadito, Michael se acercó a hablar con LeBron y le expresó: "Por fin tengo un sucesor a la altura”, algo que causó mucha sorpresa porque a Jordan le costó mucho reconocer a Kobe Bryant como un jugador que estaba a su altura. 

Luego, antes de partir, le dijo a LeBron: “Era de esperarse que jugase así. De tal palo, tal astilla”. Y se fue. Bronny ya tiene la bendición de Su Majestad, ahora deberá cumplir su deseo.