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El verano de 2024 ha sido testigo de un notable éxodo de jugadores de la NBA hacia la Euroliga, reflejando un patrón cada vez más común en el baloncesto mundial. Jugadores que no lograron encontrar un hueco estable en la NBA o que simplemente buscaban una nueva oportunidad para brillar, han optado por llevar su talento al básquet europeo, donde varios equipos de la Euroliga han capitalizado en su experiencia y habilidades.

Entre los movimientos más destacados se encuentra el regreso de Sasha Vezenkov al Olympiacos, tras una temporada complicada en los Sacramento Kings. Vezenkov, quien previamente había sido MVP de la Euroliga, no logró consolidarse en la NBA y decidió volver a un entorno familiar en Grecia. Su caso es un ejemplo claro de cómo las expectativas no cumplidas en la NBA pueden abrir puertas para regresar con fuerza a Europa.

También llegará a Olympiacos Evan Fouernier, que dejó la NBA después de 12 temporadas. Por su parte, Panathinaikos se quedó con los turcos Omer Yurtseven y Cedi Osman.

Otro nombre relevante es Jordan Nwora, quien se une al Anadolu Efes después de ver disminuida su relevancia en las rotaciones de los Bucks, Pacers y Raptors. A sus 25 años, Nwora buscará en Turquía la estabilidad y protagonismo que le fue esquivo en la NBA, apostando por un contrato de 1+1 con uno de los contendientes al título de la Euroliga. Otro gran nombre que llega a Turquía es el de  Boban Marjanovic. Luego de 9 temporadas en la NBA, jugará en en el Fenerbahce de Saras.

El Partizan de Belgrado ha sido particularmente activo en el mercado, reclutando a Frank Ntilikina y Aleksej Pokusevski, dos jugadores que, pese a sus promesas iniciales en la NBA, no lograron establecerse de manera consistente en sus equipos. Ambos buscan en el conjunto serbio una plataforma para relanzar sus carreras y mostrar el talento que en Estados Unidos no pudieron desarrollar completamente.

Además, el Maccabi Tel Aviv ha sumado a Wenyen Gabriel, un jugador con gran capacidad defensiva y experiencia internacional con Sudán del Sur. Por su parte, el ASVEL Villeurbanne ha optado por fichar a Shaquille Harrison y Théo Maledon, dos bases que aportarán versatilidad y experiencia al equipo francés.

Después de tres temporadas en la NBA, Usman Garuba regresa al Real Madrid, su hogar deportivo. A sus 21 años, el ala pivote español firmó un contrato hasta 2027, sustituyendo a Guerschon Yabusele, quien partirá a los Philadelphia 76ers. Garuba, formado en las categorías inferiores del Madrid, ha ganado múltiples títulos con el club y ahora vuelve con la intención de mostrar una versión mejorada de sí mismo, compartiendo posición en la pintura con Gabriel Deck y reforzando el juego interior del equipo blanco.

También tras siete temporadas en la NBA con los Philadelphia 76ers, Furkan Korkmaz decide regresar a Europa, fichando por el AS Mónaco. El escolta turco, conocido por su capacidad como triplista de élite, ha firmado un contrato de dos temporadas (una opcional) con el conjunto monegasco. Korkmaz llega con la misión de elevar el nivel del equipo en la Euroliga, aportando su experiencia y habilidades para ayudar al Mónaco a consolidarse entre los mejores de la competición.

Estos movimientos resaltan cómo la Euroliga se está beneficiando de los talentos que, por diversas razones, no encontraron su lugar en la NBA. Para estos jugadores, Europa representa no solo una segunda oportunidad, sino un escenario donde pueden ser protagonistas y revitalizar sus carreras.