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La NBA es una gran especialista en su autopromoción y sus millones de seguidores en todo el planeta se encargan de potenciar ese atractivo natural, expandiendo su interés a partir de las mil historias que generó la competencia en sus 75 años de vida. 

Estados Unidos, además, siempre utilizó las confrontaciones y el individualismo para sacarle mayor jugo a las rivalidades, y pese a que han pasado muchos años y cientos de jugadores, ningún ejemplo es mejor para definir esta situación que la gran batalla del siglo pasado: Wilt Chamberlain vs Bill Russell. 

Usted podrá decir que Magic Johnson contra Larry Bird llegó a esa misma escala, y es posible, pero la dimensión que tomó el choque de dos gigantes dominó la escena de la NBA durante décadas. Hoy, 7 de noviembre, se cumplen 62 años del primer cruce entre los hombres que marcarían su época. 

En esta fecha, pero de 1959, en el Boston Garden, los Celtics recibieron a los Warriors (entonces en Philadelphia), que presentaban orgullosos a su flamente incorporación: el joven Wilton Norman Chamberlain, de 23 años y 2 meses. Un gigante atlético nunca antes visto, de 2.16, y un inagotable talento para traspasar el balón por el círculo del aro. Un anotador feroz. 

Ambos equipos llegaban invictos, aunque con diferente récord: 5-0 Boston, 3-0 Phila. El local venía de jugar 3 finales seguidas, ganando la primera y la última. Su estrella, Bill Russell, era exactamente lo opuesto a Chamberlain: callado, bajo perfil y extraordinario en defensa. Obviamente, tener enfrente a Wilt por primera vez lo motivaba. 

Como en esos tiempos ocurría habitualmente con las figuras, tanto Russell como Chamberlain jugaron los 48 minutos, y como para dejarle claro al rookie quién mandaba en la Liga, Russell se quedó con el duelo 115-106. Quien lea las estadísticas de Chamberlain podrá pensar que, de todos modos, Wilt ganó el choque individual, pero no fue así. Chamberlain terminó con 30 puntos y 28 rebotes, pero lanzando un horrible 12 de 38 en tiros de campo (32%). No era fácil anotarle a Russell, que terminó con 22 puntos (7/19 de cancha) y nada menos que 35 rebotes. 

Ese año, Bill y los Celtics metieron el segundo título NBA de una seguidilla impresionante de 8 consecutivos, algo jamás igualado. Russell consiguió dos más luego de un traspié en 1966/67, a manos de los Sixers de, obviamente, Wilt Chamberlain, para completar 11 anillos, el récord máximo, con comodidad, vigente hasta hoy, y con pocas chances de ser superado a mediano plazo al menos. 

Chamberlain y Russell dominaron esa época en todo. Entre 1957/58 y 1967/68 (11 temporadas), ambos se repartieron 9 MVP. Bill lo ganó 5 veces (57/58, 60/61, 61/62, 62/63 y 64/65) y Wilt 4 (59/60, 65/66, 66/67 y 67/68). En títulos, obviamente ganó la confrontación ampliamente Russell (11 a 2). En rebotes, Wilt superó a Bill 11 a 5 en cuanto a temporadas lideradas, mientras que en puntos no hubo discusión: Wilt fue el máximo anotador de la NBA en sus primeras 7 temporadas. Russell, nunca. 

El 7 de noviembre de 1959, entonces, fue el primero de 143 enfrentamientos que tuvieron en sus largas carreras. Aquí, la ventaja de Bill fue clara: 86 victorias contra 57 de Wilt. El bueno de Russell sigue vivo, forma parte de la imagen de la NBA y siempre menciona a Chamberlain como su viejo amigo. Wilt, el hombre que parecía indestructible, falleció joven, en el año 1999, a los 63 años, de un paro cardíaco. Pero el legado de su rivalidad sigue intacto.