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“Me gusta Sengun” cortas palabras de Kevin Durant, pero significativas, una más entre tantos elogios que está cosechando el turco esta temporada. En su segunda campaña en Houston, el pivote está en un nivel altísimo y muchos se animan a señalarlo como el proyecto en el que tienen que apoyarse los Rockets para el futuro, incluso por encima de Jalen Green.

Y quienes sigan el básquet europeo sabrá que esto no es ninguna sorpresa. Con un parecido físico y algo en el juego con Nikola Jokic, el interno fue elegido en el Draft del 2021 en el puesto 16.

Nacido en 2002, Sengun comenzó a jugar a los ocho años y a los diez ingresó en los equipos juveniles. A los 12 fue descubierto su talento en un torneo y se unió al Kirmizi primero y luego al Banvit, donde logró su primer contrato. Con este club ya en la 2018-19 dominó el país y ganó la Liga Junior de Turquía, además de ser nombrado el MVP.

Todo esto lo llevó al Besiktas y en solo un año logró el MVP de la liga turca, producto de 19.2 puntos, 9.4 rebotes, 2.5 asistencias, 1.3 robos y 1.7 tapas en 28.3 minutos por juego. A partir de allí los Rockets lo tomaron y partió a la NBA.

Luego de un primer año de buena tarea y adaptación, con 9.6 puntos, 5.5 rebotes y 2.6 asistencias, donde todos creían que le costaría a partir de un físico robusto y algo lento, Alperen demostró, como Jokic, que al básquet también se juega con la cabeza.

Esta temporada llevó sus promedios a 15.5 unidades, 8.9 tableros y 3.6 asistencias, además de una tapa por juego y una ascendencia en el equipo que está destinada solo a las estrellas. Ante los Lakers explotó el pasado 17 de enero con 33 puntos y 15 rebotes.

Un talento singular en la pintura, que se abre paso entre los grandes y que no tardará en impactar aún más en unos Rockets que prometen ser protagonistas en el mediano plazo.