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El caso de San Lorenzo en la Liga Nacional no es un tema desconocido. El hecho de un equipo que llega a la competencia, arma grandes equipos y sale campeón. Y no es el primer caso, como ha pasado con Olimpia, Ben Hur, GEPU y varios casos más.

Y el conjunto de Boedo dejó una marca sin dudas. Cinco títulos consecutivos de la elite argentina, dos Ligas de Las Américas y un total de 11 títulos entre el 2015 y el 2021. Pero conforme pasaron las temporadas, la realidad del Cuervo fue cayendo en lo institucional. El deterioro económico de la institución comenzó a repercutir en las dos disciplinas más importantes, el fútbol y el básquet.

Y el equipo de básquet pasó de ser el primer equipo argentino en jugar contra un equipo de la NBA (Toronto Raptors en 2016 y Cleveland Cavaliers en 2019), de una gira ante Real Madrid y Barcelona y otra por Bahamas frente a la Universidad de Kentucky, a pelear por evitar el descenso.

La salida de Marcelo Tinelli como el principal valedor de la disciplina hizo caer el presupuesto, en un equipo que acumuló deudas con sus jugadores que lo complican hace ya dos temporadas. Por eso las denuncias de jugadores extranjeros en FIBA devino en la imposibilidad de los de Boedo de poder contratar jugadores extranjeros.

Eso sucedió la pasada temporada ya, donde el Cuervo se salvó en las últimas jornadas y jugó la Reclasificación frente a Boca.

Y con esa realidad San Lorenzo se armó para pelearla. Después de un buen arranque de 3-0, una derrota como local ante Argentino comenzó lo que fue una racha durísima de 14 derrotas en los siguientes 15 partidos. Además, no pudo ganar de visitante en toda la competencia. Y el cambio de entrenador, con la salida de Emmanuele Quintans y el paso de Leo Costa de asistente a principal.

Y encima perdió a Julián Aprea, uno de sus destacados en la pintura, por lesión. Y entre el bajo presupuesto y la imposibilidad de contratar extranjeros, el Cuervo debió apostar a una incógnita como Facundo Sanz, que viene de Liga Argentina y sin experiencia en la elite argentina.

Ahora afrontará una serie por la Permanencia ante un Atenas que hace varias semanas ya sabe que iba a jugar esta instancia y que mentalmente se preparó para ello. Será clave que aproveche su localía y encuentre una regularidad.

Deberán apoyarse en la mezcla de experiencia (Lucas Pérez, Lucas Ortiz, Fede Marín y Fernando Podestá) y juventud (Manu Rodríguez, Raúl Pelorosso, Facundo Rutenberg, Sebastián Lugo) que funcionó bien en varios pasajes, pero que no han logrado sostener a lo largo de 40 minutos. Mostró buenos signos de esto ante Gimnasia y Ferro, aunque no pudo con Unión y quedó condenado a jugar ante Atenas.

Tiene una serie de cinco partidos para sostener su lugar en la Liga y a partir de eso replantearse muchas cosas de cara al futuro.