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Mike Brown es un nombre ya asentado entre los entrenadores de la NBA. Pero esta temporada con Sacramento es casi una revancha para él. Es que sus primeros pasos fueron buenos, llevó a LeBron y Cleveland a la final del 2007, pero luego tuvo varios sinsabores en los Lakers y en los Cavaliers nuevamente.

A partir de 2016 hasta esta campaña fue asistente de la dinastía de Golden State, pero regresó al frente de los banquillos con este desafío que eran unos Kings con 17 años sin Playoffs. Y allí llevó a cabo la gran revolución, llevándolos a la postemporada y logrando el premio al Mejor de la temporada de manera unánime.

Pero su historia es más que la de entrenador. Nació en Estados Unidos, en Ohio más precisamente, pero se crió en Alemania por el trabajo de su padre, que era militar. Allí jugó el básquet y al fútbol en la Wüzburg American High School. De allí volvió a Norteamérica y pasó por Mesa Community College e hizo dos años más en la Universidad de San Diego, siempre con el estudio y el juego.

Cuando decidió que su futuro no estaría con los pantalones cortos, buscó una forma de seguir ligado al básquet, lo que más amaba. Por eso le escribió a Bernie Bickerstaff, quien era GM de Denver en esos momentos. Y ambos compartían el hecho de haber jugado en San Diego, aunque Brown no lo sabía en esos momentos.

Lo que tenía de especial Bickerstaff era que había forjado una carrera en la mejor liga del mundo sin haber jugado allí. Y entró en los Nuggets para ser el videoanalista de un Bernie que fue el entrenador.

De allí ambos fueron a los Wizards en 1997 ya con Mike como asistente. A los dos años quien se llevó sus servicios fue ni más ni menos que Gregg Popovich a los Spurs, donde lograron el anillo junto a Manu Ginóbili en 2003.

Luego de San Antonio llegó el tiempo de seguir a Rick Carlisle en Indiana también como entrenador asistente y en 2005 le llegó su chance. Con solo 35 años se hizo cargo de Cleveland, que no lograba llegar a playoffs hacía varios años y tenía a un LeBron James con muy poco tiempo en la NBA.

Solo dos años después llegaron a las finales ante su antiguo equipo, los Spurs, quienes les propinaron una barrida histórica con Tony Parker como MVP. Y en 2009 logró su primer premio al Entrenador del Año con el mejor récord de la franquicia en la historia, con 66 triunfos y solo 16 derrotas. Pero no pudieron volver a las finales y por ello fue despedido en 2010.

La salida de Phil Jackson de los Lakers lo llevó como entrenador al equipo que dominaba Kobe Bryant, pero el público estaba en su contra. Fue en la última temporada con lockout, donde solo se jugaron 66 partidos y el equipo fue derrotado en Semifinales del Oeste por OKC.

Y cuando se pensaba que los Lakers volvían con Steve Nash y Dwight Howard en su plantel, tuvieron un arranque de 1-4 y Brown fue el fusible elegido para cambiar primero. Eso lo llevó de nuevo a unos Cavaliers que tenían muchos problemas y solo a Kyrie Irving como estrella, pero muy joven.

Luego de solo un año fue despedido de nuevo y Steve Kerr se lo llevó para ser asistente en 2016. La capacidad de Brown estaba probada y ante los problemas de espalda del entrenador rincipal, Mike se hizo cargo de varios partidos como en los Playoffs del 2017, alacanzando 12 victorias seguidas en un equipo que ha hecho historia con tres títulos.

Para la 2022/23 fue anunciado como nuevo entrenador de los Kings. Los llevó a ser un gran equipo ofensivo, con Domantas Sabonis y De’Aaron Fox a la cabeza. Así, terminaron con la maldición de la franquicia y años de sinsabores para entrar en los Playoffs.