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San Martín llegaba al duelo contra Peñarol con un par de cosas claras: su rival era un obstáculo directo en la lucha por mantenerse en zona de playoffs y la otra era aprovechar el buen momento que se viene dando desde que empezó el 2025: entraron al juego con 7 victorias en 9 partidos jugados, algo que lo catapultó de estar cerca del fondo a la mitad de la tabla. 

Y Sanma fue contundente, en base a su arma central: la defensa asfixiante. En ningún cuarto le permitió a Peñarol más de 17 puntos, y esos 17 fueron en el último, con el partido definido. Lo había dejado en los 3 primeros en 10, 15 y 13, una locura. La juventud, las piernas y el deseo fueron los 3 pilares de esa defensa, sabiendo que adelante no es un equipo que anote mucho, aunque viene superando los 80 regularmente en casa. 

No fue así hoy, pero no importó, porque bajó a 55 el score rival, con otra gran tarea global de Vicente Garello (16 puntos, 5 rebotes, 3 asistencias) y responsabilidades repartidas. Con este triunfo, 76-55, los correntinos superaron a su rival en la tabla y subieron un puestito, para instalarse en el 9º lugar. 

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