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La temporada 2024/25 de la NBA tiene pocas cosas claras. Una parece ser que el finalista del Este no hay forma que salga de Cleveland o Boston. Algún aventurado podría imaginar terciando a los Knicks, pero nosotros no podemos imaginar a alguno que voltee a ambos. En el Oeste, nada es claro, salvo que el mejor equipo de la Conferencia es por escándalo Oklahoma City. En la fase regular. 

Pero si nos ponemos a hacer un poco de futurología, hay varios puntos a analizar:

1) El año pasado OKC también fue el mejor equipo del Oeste, aunque igualado con Denver y solo un partido arriba de Minnesota. Así y todo, fue el 1 en la serie regular de esa conferencia. Limpió a New Orleans 4-0 en la primera ronda y en la segunda se topó con Dallas, que lo sacó 4-2. ¿Es la misma historia ahora? Claramente no. Un año de liderazgo puede ser tomado como algo casual y que la experiencia no alcanzó luego. Ya dos es otra cosa, aunque sigue siendo un equipo joven, que tiene que saltar ese obstáculo si quiere ser un grande, como amaga ser. El tema es que esta vez el panorama pinta peor de arranque, porque le podría tocar, por ejemplo, Golden State en la primera ronda. O Minnesota, o los Clippers, o los Kings. Ninguno como NOP el año pasado. 

2) Ningún equipo en el Oeste, salvo OKC, ha sido sólido y regular. Arrancaron bárbaro Houston y Memphis, pero nadie seguramente apostaría a que llegarán lejos en la postemporada. Uno por nuevito y el otro porque no genera confianza, más allá de una temporada quizá superior a la esperada. Después está Denver, en ascenso, pero con un plantel corto (aunque con el as de espadas). 

3) Golden State. Se revitalizó con la llegada de Butler, hoy está en puestos de playoffs directo tras navegar casi todo el año en zona de play-in, y puede ser, como los Lakers, el cuco en la postemporada, por jerarquía individual que, ante esa irregularidad, puede sacar ventaja. 

Dicho todo esto, ¿cuál es la realidad de los Lakers? Primer punto, obvio: no sufrir lesiones de los dos principales, LeBron y Luka. Segundo, mantenerse entre los 4 primeros para tener ventaja de localía al menos en la primera ronda, aunque increíblemente ya se pusieron segundos (llevan 7 victorias al hilo). Eso sería clave. Tercero: seguir buscando variantes para reducir sus debilidades en la pintura. Aunque no consiguió a Mark Williams, entre Hayes, Vandebilt, Len y el propio Hachimura, es probable que no sufran tanto, porque su media cancha terminó siendo tan buena que los que se la jueguen a frenarla dejarán mucho espacio cerca del aro, y los nombrados no tienen manos redondas y pueden aprovecharlo, aunque les falte talento. 

El punto extra, por el que la respuesta al título de esta nota es SI, es la motivación. Los Lakers estaban apagados casi, y de golpe se encontraron con un regalo inesperado. Pocos movimientos pueden generar algo así y, como dijimos el año pasado, a un equipo que llegue a los playoffs y tenga en el plantel a LeBron y Luka jamás se lo puede dejar de lado. Doncic esta vez, si se le da, no tendrá que ser el que lleve el carro, sino el acompañante de lujo del Rey. Eso, en las pasadas finales, le pesó al esloveno. Ahora no sería así. Y si siguen retroalimentándose con que pueden, a nadie le gustará quedar frente a ellos.