Especiales

General Pico se abraza a su segunda oportunidad en el básquet profesional

18:32 03/02/2023 | Una plaza histórica en la Liga y con buena cantidad de laureles en el pasado está regresando al plano nacional.

General Pico vuelve a aparecer a nivel nacional

Un campeonato de Liga Nacional, tres subcampeonatos y un campeonato de Liga Sudamericana. Todo eso hizo a Independiente de General Pico, una potencia dentro del básquet argentino por casi una década desde su ascenso en 1993. Pero esto no quedó ahí, ya que la ciudad vio un gran rendimiento de otro referente como Pico FC, que apareció en 1994 en la máxima división.

Desde ese momento se vieron dos canchas siempre llenas, protagonistas y clásicos que dejaron muchas historias y tela para cortar, en una ciudad pequeña de la provincia de La Pampa que vibró cada vez que ambos equipos jugaban. Todo eso poco a poco comenzó a desaparecer en el arranque de los 2000, y en 2004 se terminó, con Independiente perdiendo la plaza y Pico vendiéndola.

Ahora, casi 20 años después de esos duros momentos, los dos clubes viven un renacimiento en el básquet nacional, y a ellos se le sumó Ferro, un club históricamente de fútbol, que decidió apostar por la naranja y está afianzado hace varios años ya en el Federal. Basta con ver el estadio Ángel Larrea en las finales de la Liga Federal pasada entre Pico FC y La Unión de Colón para ver la necesidad de todo un pueblo de volver a respirar básquet, y gracias a eso ascendieron y son protagonistas en la Liga Argentina.

De la nada misma al renacimiento a partir de un club de fútbol

Ferro de General Pico es un asiduo protagonista del Torneo Federal del interior del fútbol argentino. Incluso en la década de los 80 llegó a jugar la B Nacional. Pero desde 2016 decidieron comenzar a apostar al básquet y esta edición de la Liga Federal será la sexta de manera consecutiva.

Y un actor importante dentro del club es Diego Alba. Viejo reclutado de Independiente en sus años gloriosos, muy querido en la ciudad, decidió volver como jugador y gastó sus últimos cartuchos allí.

“Vine a los 15 años a Independiente, fue una de las mejores épocas dentro del básquet porque todo lo que aprendí era todo nuevo. Soy de Almafuerte, Córdoba, y venir a Pico era venir a jugar a Nueva York. A partir de ahí empecé a vivir la Liga Nacional, como hincha y luego como parte de Independiente. Recuerdo los clásicos con Pico FC donde explotaban las canchas y el básquet que se jugaba era buenísimo” rememoró el cordobés.

Diego se fue en 2001 y regresó 17 años después para ver el regreso de un equipo piquense al básquet nacional. “Me tocó volver a Ferro, cuando se gestó el regreso al marco nacional. Yo vine a mitad de temporada, donde un grupo de dirigentes y Caco Bualó me llamaron para acoplarme al Federal. Fue espectacular, con todos chicos de acá que habían tenido paso por la Liga Nacional”.

A su vez, agregó: “El club fue creciendo mucho en infraestructura, los dirigentes crearon el proyecto que dura ya cinco años. Estoy hoy como coordinador del básquet y empezamos a potenciar las formativas, para hoy en el equipo profesional tener seis o siete chicos entrenando con el plantel superior. Queremos llegar a traer la menor cantidad de refuerzos posibles”.

Pico FC y la catapulta a la Liga Argentina

El primero de los históricos que se vio motivado a partir de la participación de Ferro fue Pico FC, que en poco tiempo logró el ascenso a la Liga Argentina la pasada temporada. Y Marcelo Gemanetto es el entrenador y uno de los principales impulsores de la vuelta al básquet profesional.

“Yo llegué a Pico en 1991, en pleno auge, con ascensos, torneos internacionales, clasificación de Pico FC a un torneo sudamericano, donde el tema del día en toda la ciudad era el básquet. Los recuerdos que tengo son los mejores, una época que me abrió las puertas al profesionalismo y me empapé de lo que es el alto rendimiento” explicó.

Y agregó cómo se dio esta vuelta: “Después de 30 años en el club, jugar un Federal con un proyecto a largo plazo, donde está involucrada toda la familia decana, con chicos que tuve en mini básquet y por detrás a todos los dirigentes que participaron en su momento del profesionalismo trabajando mancomunadamente, con un cuerpo técnico del club, jugadores que muchos crecieron en las inferiores. El segundo año se potenció con la incorporación de dos fichas profesionales. El tercer año fue en la Liga pasada y con la presencia de Piuma y Rossi, más la base que teníamos, nos permitió de manera inesperada lograr el ascenso”.

El entusiasmo en el 2022 de Pico se pudo ver poco a poco y la final frente a La Unión de Colón tuvo un estadio decano desbordado de gente como en sus mejores épocas. “El ascenso llevó a un mejoramiento de todas las instalaciones y una pasión nunca vista, ni siquiera cuando estábamos en la A. Jugamos a cancha llena todas las fechas” así lo resume Germanetto.

El gigante dormido que empieza a despertar

Entrar al Gigante de la Avenida es descubrir toda la historia de un club que supo ser enorme en la Liga Nacional y tuvo un pico tan alto en rendimiento como bajo en su caída. 18 años después de haber dejado el básquet profesional, y motivado por varios jóvenes que vieron al Rojo en sus mejores épocas, empieza a renacer a partir de haber jugado -y ganado- el Prefederal y ahora se presta a jugar la tercera categoría.

Martín Alison es uno de esos dirigentes que vivieron los mejores momentos de Independiente. “Literalmente me la pasaba todo el día en el club, entrenando, viendo entrenamientos de categorías mayores o del plantel de liga, o simplemente compartiendo tiempo con amigos. Obviamente que en mi memoria y recordando se vienen momentos de mucha felicidad, no solo los dos torneos ganados (Liga Nacional y Liga Sudamericana), sino también la previa de ir a un partido de local donde durante varias temporadas mi vieja me pintaba la cara en cada partido de local, con un diseño distinto, obviamente con los colores del rojo, tener que ir temprano porque la cancha explotaba, la cargada a un amigo después de un clásico y muchas cosas más” recordó, en palabras que se pueden replicar en la pasión de cada club de barrio del país.

Y reflexionó sobre esos momentos: “Hablando con el diario del lunes, creo que nadie era consciente de lo que se estaba viviendo. Llegar a una final de liga era rutinario, competir en ligas sudamericanas, organizar torneos sudamericanos o hasta Panamericanos U21 con la presencia de jugadores estadounidenses que después terminaron siendo protagonistas de la NBA, se tomaba como normal. En mi caso en particular, la época gloriosa puedo decir que se terminó con la obtención de la Liga Nacional Juvenil de 2001, que si bien era más chico y no tenía minutos, haber formado parte del plantel, fue espectacular”.

Si hay algo que tienen en común las salidas de Pico FC e Independiente del básquet nacional, es la cuestión económica, como contó Alison: “La realidad económica, y los presupuestos que manejaba el club eran insostenibles para la ciudad y provincia. Además, estaba Pico Futbol jugando Liga Nacional, y Estudiantes de Santa Rosa TNA, con lo cual el apoyo de los sponsor y gobierno tenía que repartirse. Considero que la principal causa fue el desajuste económico que se hizo durante algunos años que en un momento explotó, al punto que el club casi desaparece, fue a concurso de acreedores, y salvó la quiebra”.

Ahora, 18 años después de esa dura decisión de dejar, comenzaron nuevamente: “El regreso a participar de competencias profesionales se venía hablando hace unos años, principalmente a partir de que Ferro comenzó a disputar el Torneo Federal, y luego se sumó Pico futbol. La realidad es que la dirigencia que salvo al club de su desaparición y muchos socios quedaron sensibles al hecho de formar un plantel profesional, con sueldos, viajes, alojamientos y demás, lo cual implica afrontar una serie de gastos que si no está bien organizado puede desencadenar en algo que ya vivimos”.

Los objetivos son más terrenales y tienen que ver hasta con generar un sentido de pertenencia y no perder chicos: “El objetivo principal de retomar la participación en torneos profesionales, es darle a la gran masa de jóvenes que practican el deporte en el club, un horizonte donde puedan mirar, aprender y en algunos casos compartir entrenamientos y distintas actividades con el plantel profesional.

Un futuro promisorio, una segunda oportunidad para una plaza de básquet

Si hay algo en lo que los tres entrevistados coinciden es en que es una segunda oportunidad para General Pico, y la viven con felicidad y responsabilidad a la vez.

“Es una ciudad que vivió muchísimo básquet, hoy todo el mundo habla de básquet, todos saben quiénes son los jugadores, cuando juega cada club, van a ver de todos los clubes. Pico es una ciudad muy basquetera y hoy se vive el básquet fuerte a partir de las raíces sembradas en los 90, donde fue una época dorada y hoy lo están proyectando y haciendo muy bien los tres clubes” reflexionó Diego Alba.

Una plaza que esperemos que no vuelva al olvido y que poco a poco siga escribiendo páginas gloriosas en el libro del básquet argentino.

Alejandro Malky / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @alemalky

Compartir