Liga Nacional 2019/20

Sergio Hernández, Byron Wilson y una muestra de compromiso

21:20 20/06/2020 | El extranjero llegó y la rompió, anotando casi 40 puntos. "Lo que yo quiero es hacer lo que haga falta para que el equipo gane”, le dijo a Sergio.

Wilson y Hernández

Byron Wilson fue uno de los extranjeros más determinantes en la historia de la Liga Nacional. Llegó a coquetear con la NBA, se cansó y se fue a Sudamérica en busca de su sueño de ser un jugador profesional de básquet. Anotador empedernido, de esos que no dejan cabos sueltos. Pero, por sobre todas las cosas, un excelente compañero que siempre ponía al equipo por encima de todo.

Esto le permitió no sólo ser uno de los mejores foráneos, sino también uno de los más queridos. Una historia que lo dibuja a la perfección es aquella que comentó Sergio Hernández en la edición 34 de la revista Básquet Plus. “Me acuerdo el día que llegó en el año 1994, a partir de un recambio en Sport de Cañada de Gómez. Salido de Utah, segunda ronda del Draft en su momento. Todos los que lo conocen a Byron saben de su entusiasmo por jugar y ganar. Imagínense lo que era hace 10 años, con 23”, comentó el entrenador del seleccionado argentino.  

Lo mejor era su calidad dentro del rectángulo: “Llegó a Buenos Aires, lo llevamos al Hotel Palermo, hablé dos palabras con él y fuimos a jugar contra Ferro. Perdimos, pero Byron estuvo cerca de los 40 puntos. Fue 15 veces a la línea de libres y se comió la cancha”.  

Sin embargo, el extranjero sorprendió a Hernández con una cuestión: "Cuando terminó el partido, le dije los números que había tenido y lo primero que me preguntó si eso era lo que yo necesitaba de él. Estaba desesperado por saberlo”. Byron le decía que hizo eso porque pensó que "era lo mejor para que el equipo ganara”.  

El motivo era claro. "Lo que yo quiero es hacer lo que haga falta para que el equipo gane”, finalizó Wilson. Así es, un competidor feroz, pero compañero por sobre todas las cosas. Porque lo que importa al final del día es la solidaridad y el proceso, atado a un deseo empedernido de vencer por el sano deseo de competir. Byron lo sentía, lo disfrutaba y lo creía.  

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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