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No cambió nada en grandes dimensiones en el arranque de la segunda mitad. En realidad, y más allá de alguna repuntada de Quilmes a base de tiros de tres, fue para peor, porque perdió a Enzo Ruiz (golpe en el cuádriceps izquierdo), lo que le permitió menos variantes.

Sin embargo, Ferro entró en un espiral de errores básicamente no forzados: apresuramientos, malos tiros y retornos tardíos, además de liviandad en la defensa de los tiros externos y, cuando se dio cuenta, tenía a Quilmes a 7 a 3 minutos del final. Y ya no pudo recuperar el control del partido. La renta que traía le permitió pasar parte de la tormenta, pero dos errores increíbles en el último minuto le dieron la chance a Quilmes, con dos triplazos idénticos de Maciel, igualar en 70 a 19s5 del final. Y volvió a perder el balón, dándole el cierre a Vildoza, que no encontró en 11 segundos nunca espacio suficiente y tiró forzado. Suplementario.

Ferro ya estaba molido mentalmente y no paró de cometer errores, aunque ahora Quilmes tuvo mucho más mérito, porque supo controlar el ritmo en el momento más dramático. Si bien no pudo quebrarlo, lo manejó con personalidad y lo ganó principalmente por pifiarle menos. Ganó Quilmes 81-78, dio vuelta la localía y sigue soñando. Vildoza fue la figura con 24, pero enorme partido tuvo Maciel, con 14 puntos, 8 en los últimos 6 minutos de partido.