La celeste y blanca llegó al punto medio de su gira por China. Este lunes, abriendo el tercer día de competencia en el cuadrangular de Xingyi, terminó cayendo ante Serbia, luego de un buen arranque.
Nuestra Selección hizo uso de una alineación alternativa para comenzar ante el cuadro europeo. Melisa Gretter y Débora González, compartieron parquet con Victoria Llorente, Ornella Santana y Agostina Burani; tres jugadoras “grandes”.
Como en los anteriores cotejos, la ecuación en ataque fue simple: cancha abierta, ejecuciones rápidas, y tiros bien tomados en pocos segundos. En el propio campo, Burani aguantó bien los embates de las internas rivales, y en un trámite entretenido, el promedio llegó con las nuestras arriba, 5-4.
La rotación se dio sobre el final del periodo, sin que esto modifique o genere una merma en el rendimiento. Las Gigantes siguieron de igual a igual, metiéndose en el segundo cuarto igualadas en 8.
Las cosas cambiarían en el segmento siguiente. Rápidamente Serbia estableció una racha de 5-0 (8-13), en tanto que nuestras chicas tardaron cuatro minutos en mover el marcador. Un doble de Mara Marchizotti rompió el hechizo (10-18), pero así todo, ese pasaje del match se tornó cuesta arriba.
Los cambios no pudieron contrarrestar ese efecto de falta de goleo, el cual más allá de tiros bien tomados, también fue influenciada por una defensa que complicó con las ayudas, y supo defender mejor el pick en eje de cancha.
Argentina probó defendiendo en zona, pero tampoco resultó. Las europeas siguieron escapándose, al punto tal de irse al descanso largo separadas por 17 (16-33).
Con el regreso de zona de vestuarios, la celeste y blanca buscó hacer borrón y cuenta nueva; apegándose a la formación que le había dado resultado en el arranque del partido.
Sin embargo, el campeón europeo del 2015 corrigió sus errores, y no volvió a tropezar con la misma piedra. A los ajustes en el aro propio, le sumó tener la fortuna de su lado, ya que incluso a pie firme, la mira nacional se mostró torcida.
De esa manera, la luz entre ambas selecciones se hizo aún más notoria, pese al empeño criollo, liderado por una Macarena Rosset que no dejó que sus compañeras bajen los brazos.
Argentina, que pasó medio cuarto sin mover el electrónico, cerró ese fatídico pasaje con una racha adversa de 11-4, con la cual arribó al capítulo final con una desventaja de 33 unidades (21-54).
Ese fue el tocar fondo para las nuestras. Cambiaron el chip, se enfocaron en el motivo de esta gira (prepararse para el Sudamericano y el Mundial), y con otro semblante afrontaron los diez minutos finales.
En lo actitudinal el equipo dio un giro radical hacia lo positivo. Brindándose al máximo, duplicó esfuerzos en ambos costados del campo, y con ello el trámite volvió a ser equilibrado.
Presionando desde la salida, Las Gigantes pudieron manejar las riendas del match por un tramo interesante, estableciendo un parcial de 14-2 en casi medio cuarto (35-56), en el cual se recuperó la fluidez de los primeros minutos.
Si bien las balcánicas trataron de retomar el control, Argentina se mantuvo firme hasta el final, concluyendo su participación en el cuadrangular de Xingyi con una mejor imagen.
Este martes, todas las delegaciones emprenderán viaje hacia JiShou, ciudad donde a partir del jueves, repitiendo fixture y horarios, llevarán adelante el segundo certamen programado.