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Argentina va por un nuevo torneo de alto vuelo en el Preolímpico de México 2015. Buscando uno de los dos boletos directos a Río que estarán en juego, desde este lunes el seleccionado nacional comenzará a transitar un camino lleno de ilusiones, después de una ardua y prolongada preparación pero jugándose ahora la parte más importante en su objetivo por el sueño olímpico. Dentro del contexto de estos FIBA Américas, la camiseta albiceleste tiene una historia importante a respetar que mantiene viva la llama de la esperanza.

Los números, estadísticas o antecedentes quizá solo sean datos dignos de una previa dado que las tendencias se hicieron para revertirse, sin embargo lo hecho por Argentina en los recientes torneos continentales muestran un saldo más que interesante para subrayar y recordar.

De los 16 FIBA Américas realizados hasta el momento y sin contar la presente edición 2015, el combinado nacional ha conseguido marcar una clara tendencia que lo llevó a ser un claro protagonista. Es cierto que solamente fue campeón en dos oportunidades, pero teniendo en cuenta que hay un gran dominador en el continente como Estados Unidos y que hubo otras potencias como Puerto Rico o Brasil que se han destacado en el medio del poderío norteamericano.

Dentro de esos casos que se hicieron un lugar entre los mejores Argentina ha sido uno de esos países. El protagonismo quizá no se haya dado tanto en las primeras ediciones, pero lo cierto es que se ha crecido con el correr de los años y ha empezado a destacarse desde principio de los 90s. De ahí en más se produjo una mayor evolución, acentuada desde finales de la década y principios del 2000.

El dato concreto es que Argentina se ha subido a los últimos ocho podios de FIBA Américas (sean Preolímpicos o Premundiales). Desde 1999 la selección logró tener un recorrido envidiable, donde se ha bañado de oro en dos oportunidades y luego se repartió seis medallas en los demás lugares de privilegio, sumando tres preseas de plata y otras tres de bronce.

Pero para llegar a ese punto es primordial arrancar desde el inicio, desde aquel primer torneo que se realizó en 1980. Con un particular formato de siete equipos jugando todos contra todos para definir un ganador en una primera y única ronda, Argentina finalizó en la tercera colocación por detrás del local y campeón Puerto Rico, y del escolta Canadá. La selección terminó con récord 4-2 ese certamen jugado en San Juan.

En ese torneo de 1980 y al finalizar en el 3° puesto, Argentina se quedó con una de las tres plazas clasificatorias a los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980. Miguel Cortijo, Luis González, Eduardo Cadillac, Carlos Raffaelli (goleador argentino del Preolímpico), Adolfo Perazzo, entre otros, conformaron aquel plantel comandado por Miguel Angel Ripullone.

Luego de esa edición inaugural, Argentina desapareció de los primeros planos por unos años. Es cierto que en el medio hizo podios sudamericanos e incluso ganó uno (el de 1987), pero a nivel FIBA Américas tuvo cuatro torneos discretos: en Sao Paulo 1984 fue 7° (sobre 9 equipos y con récord 2-6), en Montevideo 1988 salió 5° (de 7 participantes, con marca de 3-3), en México 1989 finalizó 8° (sobre 12 equipos, con récord 2-6) y en Portland 1992 culminó 6° (sobre 10, con marca de 2-3).

Dentro de esos cuatro certámenes, los primeros dos se jugaron con el mismo sistema del disputado en 1980, a una ronda y todos contra todos. Los últimos dos, el 1989 y 1992, ya tuvieron una fase inicial de grupos como bisagra, donde Argentina atravesó dichas primeras rondas con lo justo y su suerte se agotó en la siguiente etapa.

Siguiendo con el hilo de ese póker de torneos, es válido subrayar que Argentina no alcanzó sus objetivos clasificatorios para posteriores campeonatos (sean Juegos Olímpicos o Mundiales). No obstante, en 1989 su 8° puesto tuvo poca importancia ya que Argentina estaba clasificada de antemano para el Mundial de 1990 por ser anfitriona.

Fue un periodo por el cual pasaron varios jugadores importantes de la época, claramente recordados: Sebastián Uranga, Luis González, Luis Oroño, Jorge Faggiano, Germán Filloy, Sergio Aispurúa, Marcelo Richotti, Rubén Scolari, Carlos Romano, Diego Ossela, Diego Maggi, Héctor Campana, Esteban De La Fuente, Luis Villar y demás. También fue el turno de entrenadores, como Walter Garrone o el proceso de Alberto Finguer.

Sin embargo, después de varios años intentando volver a los grandes planos, el cambio se empezó a gestar en 1993 con la ya conocida llegada de Guillermo Vecchio al seleccionado. Como si fuera un lugar que por arraigo quedara cómodo, el FIBA Américas volvió a jugarse en la ciudad boricua de San Juan y Argentina regresó a los primeros planos. Seguramente será un detalle a color porque en realidad poco tiene que ver el lugar del torneo, pero no deja de ser un detalle algo curioso.

La selección tuvo un rendimiento de lo más positivo en 1993 y, a pesar de perder contra Estados Unidos y Puerto Rico (justamente el campeón y el subcampeón de esa edición), logró adquirir protagonismo una vez más. Argentina terminó en el tercer puesto, con récord de 5-2 y consiguiendo uno de los cuatro boletos rumbo al Mundial de Toronto.

Sacando ese gran éxito en cuanto a posiciones, en ese FIBA Américas el combinado albiceleste jugó un muy recordado partido ante Estados Unidos en semifinales, que se perdió en tiempo extra por 123-107 pero también comenzando a gestar lo que sería un éxito de enorme relevancia años después. Marcelo Milanesio, Juan Espil, Hernán Montenegro, Daniel Farabello y Eduardo Dominé fueron algunos de los integrantes de ese equipo que amenazó a los norteamericanos.

La gloria se vio consumada poco después, porque en 1995 Argentina se adueñó de uno de los logros de mayor magnitud al momento: la medalla de oro en los Panamericanos de Mar del Plata, después de vencer a Estados Unidos en la final. Claro que eso permitió que Argentina llegase mejor al FIBA Américas de ese mismo año, disputado en nuestro país (se jugó en Neuquén y Tucumán) y con ansias de mostrar nuevamente sus grandes credenciales adquiridas.

Dentro de la cita continental de 1995 Argentina finalizó 2°, tras perder la final contra Puerto Rico pero registrando una media de lo más positiva ya que su récord fue de 8-2 (el otro partido que perdió fue con Brasil). Otra vez con Vecchio al mando, la selección escaló alto en este tipo de torneos y se clasificó a los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996. Jugadores como Jorge Racca, Marcelo Nicola, Fabricio Oberto o Rubén Wolkowyski, jugaron por primera vez un FIBA Américas.

Para el Premundial de Montevideo 1997 la dirección técnica cambió y Argentina pasó a estar guiada por Julio Lamas. La selección finalizó en el 4° lugar y adquirió el último boleto rumbo al Mundial de Grecia, con una marca de 4-3 y dentro de un torneo marcado por la gran paridad. En el partido por el tercer lugar se perdió ante Brasil, que se tomó revancha de la victoria que Argentina había logrado en la misma fase de grupos. ¿Qué otros jugadores se fueron sumando? Gabriel Fernández o Lucas Victoriano.

Un detalle interesante que marca un poco su enorme importancia es que Juan Espil fue el goleador argentino de tres FIBA Américas seguidos. En el de 1993 promedió 28.4 puntos, en 1995 registró 21.6 y en 1997 bajó sus números para tener cifras de 18.7.

Argentina mantuvo su nivel en la elite pero para el Preolímpico de 1999 disputado en San Juan no fue tan sencillo. El motivo es que el torneo solamente entregó dos plazas a Sidney y de poco valió el 3° puesto del seleccionado nacional, aunque sí fue uno de los primeros pasos de una generación que sería dominante ya que dentro del plantel había nombres como Emanuel Ginóbili, Luis Scola, Andres Nocioni, Alejandro Montecchia, Leonardo Gutiérrez y demás.

Aunque Argentina ya venía siendo competitiva desde hace años, este Preolímpico de 1999 marcó el principio de una época donde, hasta el día de hoy, la selección no se ha bajado del podio continental. Ocho participaciones memorables desde entonces.

La vara se subió un poco más en el siguiente FIBA Américas, celebrado en el 2001 y esta vez clasificatorio a un Mundial (el de Indianápolis). El equipo que había empezado a tener su roce continental años atrás ya estaba mucho más maduro para esta época y siendo local en Neuquén escribió otra de las páginas gloriosas de la selección.

Fue el primer torneo FIBA Américas en el cual Argentina se consagró ganando la medalla de oro, finalizando invicto con un registro tremendo de 10-0 y de la mano de un Ginóbili fantástico (goleador argentino con 16.9). Para esta etapa, el entrenador de la celeste y blanca ya era Rubén Magnano e incluyó un roster tremendo: Manu, Scola, Nocioni, Oberto, Pepe Sánchez, Wolkowyski, Leo Gutiérrez, Gabriel Fernández, Farabello, Sconochini, Leandro Palladino y Victoriano.

Para el Preolímpico del 2003, nuevamente en Puerto Rico, la selección no aflojó su protagonismo y realizó un gran recorrido que terminó por récord de 6-4 y un 2° puesto que la clasificó rumbo a los Juegos Olímpicos de Atenas. El conjunto de Magnano atravesó las primeras dos rondas del certamen con un buen récord (ganó 5 y perdió los 3 restantes), le ganó en semifinales a Canadá y estuvo a un paso de tocar la gloria nuevamente, pero se topó ante Estados Unidos y cayó 106-73 en esa definición.

El grupo de trabajo de este torneo tuvo la misma base que en el FIBA Américas del 2001, aunque con respecto a aquel certamen se sumó Federico Kammerichs, reemplazando a Sconochini. Otra similitud respecto al 2001, es que en este FIBA Américas del 2003 Manu volvió a ser el máximo artillero argentino, ahora con 14.1 puntos de media.

Desde aquel año se generó una secuencia de medallas plateadas para Argentina, porque si bien no llegó a conseguir el oro lo más valorable es que alcanzó tres finales de FIBA Américas consecutivas (4 si le sumamos a la del campeonato del 2001). Con el ya mencionado 2° puesto en San Juan 2003 llegaron otros dos similares: Santo Domingo 2005 y Las Vegas 2007. En los tres torneos Argentina ratificó su gran dominio continental, independientemente que después no haya podido ganar en las finales.

En el 2005, campeonato ganado por Brasil, Argentina cerró su tarea con récord de 7-3 y con varios puntos altos (Paolo Quinteros, Kammerichs, Román González o Hernán Jasen). Vale recordar que en este certamen no estuvieron ni Manu, ni Scola, ni Nocioni y demás, pero de todas formas Argentina se metió en el Mundial de Japón.

Para el 2007, ya con el regreso de varios ausentes en el plano de los FIBA Américas (aunque sin Manu), Argentina volvió a cumplir con su misión clasificatoria y tras ser segundo consiguió el boleto rumbo a los Olímpicos de Beijing. La selección terminó el campeonato con marca de 8-2, y a los aportes de Quinteros y González se sumaron tres actuaciones fundamentales: Scola (goleador con 19.4 de media), Carlos Delfino y Pablo Prigioni.

San Juan acogió por quinta vez en la historia un FIBA Américas masculino en el año 2009, y en esa edición fue cuando Argentina se quedó sin jugar una final después de tanto tiempo. No obstante logró la meta de clasificar al Mundial de Turquía. La selección se adjudicó el bronce del torneo y mantuvo un lugar dentro del podio, finalizando 7-3 y ganándole a Canadá en el mano a mano por el último escalón de las medallas.

Si Scola venía de hacer un gran certamen en 2007, en esta nueva edición se autosuperó y registró números de los más elevados (23.3 puntos, 6.8 rebotes y 2.6 asistencias). Sus cifras y su brillante aporte lo llevaron a convertirse en el MVP de aquel FIBA Américas 2009.

El segundo y hasta ahora último oro de Argentina en un FIBA Américas llegó en 2011, para el Preolímpico que se jugó en Mar del Plata entre los meses de agosto y septiembre. En lo que fue un nuevo torneo soñado, con todas las figuras (regresaron a este tipo de compromisos jugadores como Manu, Pepe, Nocioni o Delfino) y en una gran definición por el campeonato ante Brasil (ganó 80-75 la final), la selección puso una vez más la bandera nacional en lo más alto.

Aquel Preolímpico de Mar del Plata se finalizó con marca de 9-1, con Scola nuevamente como el más destacado (21.4 puntos) pero con otros valores como Ginóbili (15.8), Delfino (12.6), Nocioni (12.1) y Prigioni (9.8). Luifa fue elegido otra vez como MVP y Manu lo acompañó dentro del quinteto ideal, en uno de los torneos más gloriosos que clasificó a Argentina directo a los Juegos de Londres 2012.

Terminando el recorrido, Argentina llegó al último antecedente, el FIBA Américas 2013, sumergida en el inicio del cambio generacional. Con Caracas como escenario del Premundial, la selección de Lamas sufrió un poco para conseguir su boleto rumbo a España 2014 pero nuevamente consiguió mantener esa vigencia en cuanto a presenciar las citas más importantes del mundo. De esta clasificación todavía queda el recuerdo del partidazo que se le ganó a Canadá en el cierre de la segunda ronda, victoria que entregó el ansiado boleto mundialista.

Con esa primera y gran misión cumplida, Argentina bajó a una digna Dominicana en la lucha por el tercer puesto (después de perder ante México en semifinales) y se colgó la medalla de bronce para sumar un nuevo podio a su historia. Scola volvió a liderar a la selección (18.8 puntos y 6.9 rebotes), mientras que lo más sobresaliente del grupo de jóvenes fue el nuevo salto que provocó Facundo Campazzo (13.5 tantos y 6.2 asistencias), en un torneo que prácticamente lo terminó por consolidar.