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Donald Jones fue uno de los foráneos más importantes que tuvo Atenas en su historia, y actualmente es un habitante más de Córdoba. Trabaja en la ciudad, y hasta a veces usa la característica tonada del lugar, siempre con su acento de Estados Unidos, el país que lo vio nacer. El extranjero arribó a Argentina en 1985. Defendería los colores del griego en la Liga Nacional junto al otro importado, Merle Scott.

Con el tiempo, Donald fue ganándose un lugar en el corazón de todos los fanáticos del básquet y se transformó en una leyenda viviente en Córdoba. Pero lo llamativo de la historia no son sus condecoraciones ni sus logros, sino que ese no es su verdadero nombre. Al menos no el que eligieron sus padres y tampoco el que está inscripto con letras en su documento de identidad.

Su verdadero nombre es Danold, no Donald. Si alguno tiene dudas se lo puede preguntar personalmente y él con gusto les mostrará su documentación estadounidense. "Pienso que me pusieron Donald por el Pato Donald de Dysney", le comentó al Diario La Voz hace unos años. Una etiqueta que ni siquiera él mismo reconoce, ya que se acostumbró a que lo llamen Donald y no Danold. 

A fin de cuentas, lo más importante no es lo que está escrito, sino lo que se conoce y se entiende por aquellos que conocen la leyenda del norteamericano que se robó el corazón de todos los cordobeses amantes de la naranja. Donald, Danold o como se les ocurra. Pero siempre historia. Historia pura. Por y para el básquet. Para Atenas y el país entero.

Ignacio Miranda/ [email protected]
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