Juegos Olímpicos Atenas 2004

La corrida nocturna de la Generación Dorada antes del oro en Atenas

16:47 17/03/2020 | Según Carlos Delfino, salieron a trotar él, Sconochini y Nocioni en la noche previa a la final. Quisieron asustar a los italianos.

Delfino, Nocioni, Scola y Sconochini en Atenas (Foto: FIBA)

"Leo (Gutierrez) y Walter (Herrmann) me parece que no salieron, creo que éramos el Chapu (Nocioni), Hugo (Sconochini) y yo", le comentó Carlos Delfino a La Nación. Nadie sabe bien quiénes estaban presentes verdaderamente, pero lo que sí es cierto es que los que se prendieron salieron a correr por la Villa Olímpica para matar la ansiedad previa al partido más importante de Argentina y de la Generación Dorada.

El trote empezó tranquilo, con calma y sin nervios. Todo se desvirtuó cuando desearon ir a la zona de los italianos. Tanto Delfino como Sconochini, quien asegura haber estado sólo en la previa y no en la actividad en sí, decidieron pasar por el lugar para que los europeos los vean y se asusten. "Pasamos como unos tarados gritándoles, diciéndoles que miren lo bien que estamos, cuántas piernas nos sobran, que mañana los íbamos a comer y cosas así", confesó el Lancha en la misma entrevista.

Los italianos les decían que estaban locos, pero era una manera más de marcar presencia y superioridad. Los festejos previos al choque contra Estados Unidos en 2002, en donde asustaron a todo el plantel rival, el baile de cumbia de Nocioni para Ginóbili, las tiradas al piso en distintos amistosos y muchas acciones más caracterizaron a la Generación Dorada. Unos cuantos locos que siempre pensaban que podían llegar más lejos, entrenando más duro que nadie y castigando desde las infinitas prácticas y el asombro propio y extraño. 

El día posterior al choque ocurrió precisamente eso y Argentina salió por primera vez campeón de los Juegos Olímpicos, tras superar a Italia en la final y a Estados Unidos en la instancia anterior. También se dio el lujo de tomarse una revancha ante Serbia por la derrota en el 2002 y demostró a todos que ese equipo estaba listo para alcanzar el olimpo. Pasión, agresividad y necesidad, como los poderes superiores nacionales mandan. Altos en el cielo. Por siempre y para siempre

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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