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Estudiantes no tiene mañana y está obligado a vencer a Guaros este miércoles, en el tercer punto de la final de la Sudamericana. Más allá de darse dos encuentros parejos en Venezuela, los de Fernando Duró terminaron saliendo victoriosos de ambos y quedaron match point, teniendo tres posibilidades para coronarse campeón (el tercero y el cuarto juego en Concordia y el quinto en Barquisimeto).

Históricamente, no es demasiado común que la final de la Sudamericana arranque con un 2-0, sino que normalmente la norma ha pasado por la repartición de victorias. Sin embargo, hay un par de antecedentes que pueden generarle cierta ilusión a los entrerrianos.

El primero 2-0 del que hay registro es en el 2007, en la final que disputaron Libertad y Franca. Los de Sunchales ganaron los primeros dos juegos como locales (90-69 y 69-54), pero los brasileros fueron más en casa y llegaron a empatar la serie en dos (60-58 y 78-73). Luego, en el decisivo quinto, los Tigres se impusieron por 77-68 y concretaron el título.

Algo similar ocurrió un año más tarde, nuevamente con un equipo argentino y un brasilero como protagonista. Regatas venció a Flamengo en los primeros dos puntos en Corrientes (95-72 y 63-56) pero no pudo cerrar la serie en Río de Janeiro, cayendo por 98-79 y 86-79. De esta manera, los correntinos precisaron de un quinto partido, el cual se lo terminaron llevando por 73-65 para dar la vuelta ante su gente.

Menos alentador es el tercer y último caso, ocurriendo en la última edición (2016). Mogi das Cruzes venció a Bahía Basket por 77-72 y 80-77 en Brasil, para luego superar a los de Ginóbili por 84-81 en Bahía Blanca, cerrando así la primera barrida por 3-0 en la historia de la Sudamericana.

En resumen, ningún equipo ha conseguido levantar un 2-0 en su contra en la final del torneo, pero al menos dos de ellos consiguieron forzar un quinto punto. En ese camino intentará empezar a subirse Estudiantes desde esta noche, ante un Guaros preparado para sumar un nuevo título.