Su inventor es Ricardo Jesús Molinari, un exjugador de básquet que tras observar a un niño ciego y su instructor y preguntarse qué elementos necesitaría para practicar este deporte de la mejor manera posible, ideó este dispositivo. El tablero sonoro permite la reproducción de sonidos que comunican la ubicación del aro, el rebote de la pelota y orienta a los jugadores en la cancha. Este invento fue muy aclamado por la Federación Argentina de Deportes para Ciegos y por los jugadores que, de esta manera, pueden disfrutar más de este deporte.
El básquet antes del invento
El básquet para ciegos apareció hace aproximadamente 10 años con algunas modificaciones: con tres jugadores por equipo, cada uno le pide al árbitro que lo habilite a hacer un tiro al aro que se encuentra a 2,6 metros del piso. Cada vez que un jugador encesta, recibe un solo punto, a diferencia de los dobles y triples que se obtienen en la versión tradicional. Para orientar a los jugadores y develar la ubicación del aro, una persona vidente se ubica debajo del tablero y lo golpea con un palo sistemáticamente. La intensidad de los golpes les permite a los jugadores conocer qué tan lejos pasó la pelota del aro; además, esa misma persona se encarga de buscar la pelota si cae afuera de la cancha e indica el recorrido realizado mediante golpes al suelo.
El tablero sonoro
La exigencia de un tablero que reproduzca sonidos y oriente mejor a los jugadores surge de la necesidad de los propios jugadores. Ellos mismos manifestaron que necesitaban un dispositivo que emitiera sonidos de distintas intensidades para conocer la ubicación del aro, el impacto de la pelota y reconocer si el jugador encestó. Independizar al jugador en cancha es el objetivo de este sistema de sonidos. Para lograr el tablero se utilizó una serie de microcontrolares que reproducen sonidos a distintos ritmos e intensidades. Asimismo, se incoporaron sensores que identifican los golpes al tablero con una voz en off que permite ubicarlos. Para señalizar un tanto, un sensor detecta el paso de la pelota y emite un sonido más agudo que el resto para alertar a los jugadores de la obtención del punto. Todos los sonidos del tablero fueron evaluados y aprobados por los jugadores que debían identificarlos correctamente para que el transcurso de un partido se diera sin inconvenientes.
El tablero sonoro es un paso más en el desarrollo del básquet para ciegos y permite una mayor integración con el juego y autonomía por parte de los jugadores. Producto de las necesidades de los basquetbolistas, Ricardo Jesús Molinari ideó este dispositivo que reemplaza a quien solía pararse debajo del tablero y lo golpeaba con un palo durante el partido y los entrenamientos. Con el uso del tablero sonoro, muchísimos basquetbolistas discapacitados podrán disfrutar de este emocionante deporte.