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Hoy en día, la mayoría de los jugadores de básquet a nivel mundial posee el Eurostep en su repertorio. Es un engaño, una artimaña que le permite al atacante orientar su cuerpo para un lado y definir hacia el otro. Desde el sector izquierdo al derecho, desde el derecho al izquierdo o desde al centro a cualquiera de los dos sentidos. No hay reglas supremas, es sólo un movimiento, pero su magia está en su efectividad, aquella que le permite al ejecutante desestabilizar a su rival con unos cuantos pasos en destino al aro. 

Hasta acá todo normal. Es una acción más, una jugada del montón. Pero para entender y comprender el Eurostep hay que contextualizarlo, especialmente con respecto a la NBA. En la actualidad, James Harden y Luka Doncic son los bastiones del movimiento y aquellos que mejor la utilizan. Sin embargo, en el pasado quien lo popularizó fue Ginóbili, quien empezó a aplicarlo noche tras noche en sus tiempos en San Antonio Spurs.

Pero el argentino no fue el creador del fundamento, más bien lo copió, le dio su esencia y lo tomó como propio. ¿Por qué? Porque el movimiento ya había empezado a ser utilizado en Europa alrededor de 1960. Era un jugada normal en el Viejo Continente, especialmente en la ya desaparecida Yugoslavia. Llegó a la NBA de la mano del mítico Sarunas Marciulionis en 1989, pero no alcanzó a cobrar la importancia que tiene en la actualidad, simplemente por el hecho de que el oriundo de Lituania no fue tan popular en Estados Unidos.

Por otro lado, hay archivos que demuestran lo contrario, y dicen que el invento se produjo en Estados Unidos, adonde jugadores como Julius Erving y Archie Clark ya lo utilizaban en los años ´70 y, para ir todavía un poco más lejos, también lo aplicó Elgin Baylor en los ´60. 

Todo cambió con la llegada de Manu a la liga, ya que desde el primer partido comenzó a hacer uso del Eurostep, utilizando el engaño que siempre lo distinguió con respecto a sus pares. El rumor de su creación se disipó en base a la velocidad de ejecución, movimiento del cuerpo y de la mirada, lectura e infinidad de opciones para definir con ambas manos. Eficiencia y celeridad para liquidar y hacer del fundamento una obra de arte que estampó su efigie en todos y cada uno de los jugadores del mundo. 

Desde Dwyane Wade hasta Giannis Antetokounmpo, pasando por James Harden y Luka Doncic, el Eurostep es hoy una acción regular y maravillosa, que logró asentarse en el mundo de la naranja y especialmente en el de la NBA. Junto con la internacionalización del básquet, este fundamento es también una de sus principales vertientes y una de las columnas que sostiene el monumento. Todo, en parte, gracias a un argentino conocido como Emanuel Ginobili. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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