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Muchas veces se ha dicho que el básquet es uno de los deportes más lógicos que existe y eso parece potenciarse en esta NBA, donde las diferencias entre los equipos de punta y los de abajo son enormes. Antes de empezar la 2018/19, ya sabemos con relativa certeza cuál será el pequeño grupo de cuatro o cinco equipos que estarán para pelear por el campeonato e incluso podemos aventurar cuáles serán aquellos conjuntos que terminen entre los lugares del fondo. Sin embargo, dentro de ese panorama claro, hay matices y ciertos interrogantes. Y quizá el más grande de ellos llegue desde Canadá, con los Toronto Raptors y específicamente con su nueva figura, Kawhi Leonard.

Si bien la atención de la mayoría parece estar puesta en la lucha entre Boston y Philadelphia, desde la lógica, no hay demasiadas razones para no colocar a Toronto como uno de los máximos candidatos a representar al Este en la final de la competencia. Después de todo, vienen de terminar la 2017/18 con el mejor récord de la conferencia (59-23) y en principio, parecen haber salido ganando con el traspaso de DeMar DeRozan por Kawhi Leonard. Es cierto que los Raptors también tuvieron un cambio de entrenador (el debutante Nick Nurse por Dwane Casey), pero también lo es el hecho de que han mantenido el resto de la base y que se espera una evolución de algunos de sus jugadores jóvenes (Anunoby, Siakam, Wright, VanVleet).

La subestimación de Toronto probablemente responda a dos factores concretos: el no ver a Kawhi en su mejor nivel desde hace un año y medio y principalmente, las frustraciones del pasado con un equipo que siempre prometió mucho más de lo que terminó dando. Pero ¿son realmente válidos ambos argumentos para descartar a los canadienses de la lucha grande? Consideramos que no.

En cuanto a Leonard, es cierto que viene de perderse casi toda la 2017/18, pero ese ha sido el caso con muchas estrellas que luego retomaron su mejor nivel en el corto plazo. Más allá de la situación confusa que se vivió en San Antonio, no hay razones reales para imaginar que Kawhi no va a volver a ser uno de los cinco jugadores más determinantes de la NBA y un peso desequilibrante en ambos costados.

Por el lado de los fantasmas de los pasados playoffs, hay dos puntos a favor de un cambio: tendrán a un MVP de Finales como Leonard como máxima figura, en lugar de un DeRozan que nunca supo responder ante la presión de los grandes momentos y sobre todo, ya no aparece la sombra de LeBron James en el final del camino. 

Por último, en lo que respecta a la conformación del plantel, hay mucho para ilusionarse, empezando por un posible quinteto inicial (Lowry-Green-Leonard-Anunoby-Ibaka) que promete ser de lo mejor del torneo en defensa, sumada a una banca sin tantos nombres explosivos (Van Vleet, Wright, Miles, Siakam, Valanciunas), pero que viene de ser de las más efectivas de toda la 2017/18. Defensa, versatilidad, rotación larga, tiros de tres puntos... una fórmula más que prometedora para transformar los enigmas actuales, en certezas.