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Manu Ginóbili sale a recibir la pelota y le cometen una falta. Se para el partido y el zurdo se prepara para hacer el saque posterior correspondiente. Se peina la melena y en cuestión de segundos el comentarista del partido, Rubén Muñoz, dice: "No sé si está Ginóbili para la Liga, me parece...". El flaco tenía 18 años recién cumplidos y era completamente caradura. Entró 15 minutos y en ese poco tiempo demostró su buena mano, convirtiendo tres triples en siete intentos.  

En el partido se enfrentaron Andino de La Rioja y Peñarol en Mar del Plata y los visitantes cayeron de manera amplia por 104-85. Por fortuna, esa diferencia sirvió para que el entrenador de los riojanos, Huevo Sánchez, ponga en cancha a uno de sus niños mimados, quien sorprendió a todos a base de lanzamientos y rebeldía.  

Aún faltaba un largo trecho, pero ese fue el inicio de algo hermoso, el preámbulo de un libro majestuoso. Allí empezó todo. Después llegaría Europa, la NBA y la selección argentina. Pero nada hubiera sido posible sin ese debut en la Liga Nacional un 19 de septiembre de 1995.  

La síntesis del debut de Manu 

Peñarol (104): Richotti 13, Campana 18, Pérez 22, Higgins 11 y Devereaux 16 (Formación inicial); Pikaluk 4, Rodríguez 8, Fernández 14, Bottálico 2, Nóbile 0, Marino 0 y Tabbia 0. Entrenador: Néstor García. 

Andino (85): Farabello 9, Simpson 23, Díaz 6, Ivy 18 y Amos 5 (Formación inicial); Oroná 4, Riofrío 9, Ginóbili 9 y Muguruza 2. Entrenador: Oscar Sánchez.