Con la mirada puesta en Nantes: panorama de Argentina
19:19 12/06/2016 | Las Gigantes llegaron al Repechaje con el sueño de alcanzar Río. A partir de lo hecho en Edmonton 2015, damos un pantallazo del equipo.
Argentina sostiene una estructura de trabajo que desde hace tiempo se viene trabajando, en un grupo de chicas que es parte de un proceso de varios años y que hoy por edad y actualidad parecen estar en un momento importante, clave para concretar ese anhelo de llegar a las olimpiadas. Por delante está el Repechaje Femenino que inicia en horas, el torneo decisivo para concretar el sueño de todos.
"Cuando se encabezan procesos se le da apoyo a los mismos, que fue lo que la Confederación nos ha dado, en algún momento, más temprano que tarde, creo que las cosas se pueden dar. Esto sabiendo que todos los demás también entrenan, trabajan, mejoran, salen nuevas jugadoras en distintos países, y que después es muy difícil llegar a ocupar un podio. Nuestro deber ahora es el mismo mensaje que les digo a las jugadoras, que debíamos tener lo de Edmonton como nuestro piso para seguir, desde ahí, mejorando y consiguiendo nuevos objetivos", explicó Cristian Santander en su momento.
Para algunos quizá quedó el reciente recuerdo del Sudamericano de Barquisimeto, donde el equipo tuvo una efectividad por debajo de lo normal y terminó en el cuarto puesto. Si bien ver a Argentina fuera del podio sudamericano fue un tanto sorpresivo porque es algo que no sucedía hace treinta años (la última vez que estuvo dentro de los tres primeros puestos fue en 1986, donde fue cuarto al igual que en esta última ocasión), también es cierto que el nivel en el continente ha ido evolucionando muchísimo (como la primera derrota en el historial de mayores ante Venezuela, algo que también ocurrió en este torneo). De todas formas, el técnico argentino fue bastante autocrítico con el desempeño del Sudamericano.
"El balance del torneo es malo. No tuvimos la capacidad de reponernos tras la derrota con Venezuela. El equipo sufrió ese golpe y no tuvimos la capacidad de reaccionar, más allá de algunos momentos con Colombia y 34 minutos de igual a igual con Brasil. Dentro del balance pesa un poco, y sin que pueda sonar a excusa, que el ojo en el repechaje también estaba. Es difícil para las jugadoras, incluso para nosotros, aislarse del torneo más importante que vamos a jugar", admitió.
Y claro que la mirada estaba puesta en este plato fuerte, es algo que no puede evitarse independientemente del respeto que siempre se tiene por el rival que sigue. Es difícil de admitir, se entiende, porque en el Sudamericano el equipo tuvo momentos de desorden y efectividad que seguramente fueron producto de la ansiedad por llegar a Nantes. Por eso, a pesar de que el nivel del Sudamericano dejó algún sinsabor, hay que tomarlo con pinzas porque ahora llegó la hora de ese gran objetivo de las Gigantes, en un Repechaje donde se espera volver a recuperara el nivel del último Preolímpico y potenciarlo.
Hoy casualmente se repite el mismo equipo que hizo mucho ruido en Edmonton 2015, sin ninguna variante con respecto a ese plantel y en un grupo de jugadoras que se ha ido amalgamando en el último tiempo, como conjunto y de manera individual también. Los primeros síntomas son buenos, aunque siempre está claro que independientemente de las características mucho depende del nivel en el que lleguen a esta semana tan decisiva.
Caemos a lo conocido, aunque con cambios interesantes desde lo personal en alguna de las chicas que se potencian para bien. La revolución y velocidad de Melisa Gretter siempre están, aunque la rafaelina se ha vuelto un poco más pensante, mucho más madura en su juego y está en un rol un poco menos revulsivo, evolucionando como pasadora y enriquecida de su última temporada en el Corinthians Americana de Brasil. En el mundo FIBA Gretter es considerada la cara del equipo y la jugadora que llevará las riendas del seleccionado, pero no es la única variante.
De la base saldrán otras alternativas, por un lado Sandra Pavón que tendrá el toque más experimentado del equipo, menos revulsiva quizá pero con una necesaria lectura de juego. Además de que con su tiro, la armadora de Vélez también suma otra arma a tener en cuenta sin necesidad de tener el rol de anotadora. Para Pavón será el 18° torneo con la celeste y blanca, y sin dudas eso pesará cada que pise cancha.
En ese puesto del armado se suma Débora González, que al poder correrse un poco más al puesto de escolta puede jugar en la doble base (incluso las combinaciones son muchas, con Pavón y Gretter también pudiendo jugar juntas, lo han hecho varias veces). La Pepo mejoró mucho las últimas temporadas y el reciente año no fue la excepción, con un muy buen rol en su última campaña con el Ragusa donde además de lograr la histórica Copa Italia también desarrolló más su juego. Terminó la temporada con una lesión y por eso no estuvo en el Sudamericano, pero tras preservarse y curarse fue parte de los últimos amistosos y sin dudas será importante.
El tándem conformado por Macarena Rosset y Sthefany Thomas complementará de media cancha hacia adelante, con características distintas en ambas pero igualmente de confiables dependiendo el momento en el que se las necesite.
Lo de Rosset ha sido muy bueno en el último año, asentada como una de las líderes del Bonfiglioli Ferrara y en una temporada que la ha visto mucho más mejorada. Necesitaba ese paso para alimentar más su confianza, no tendrá tanto tiro pero es efectiva a media distancia y rachera, en un rol más anotador quizá.
Lo de Thomas es similar, aunque en este caso encontraremos menos profundidad que con la juninense pero sí más puntería desde el perímetro, sabiendo que si se enciende con desde afuera puede ser importante. Las dos tienen particularidades distintas pero a su vez algo similares, por ese motivo se pueden complementar bien.
Después habrá que hacer foco en lo que ofrezca Andrea Boquete, que sin dudas ha tenido un protagonismo cada vez más elevado con el correr de los últimos años. Mejorada también por su última experiencia en el Presidente Venceslau de Brasil, la actual alero de Estrella de Berisso ha tenido muy buenos desempeños en los recientes certámenes con la selección argentina. Se empezó a potenciar desde el oro en los Odesur de hace dos años, mejorando en Ambato 2014 (en ese Sudamericano obtuvo su mejor media de puntos con la selección) y en la memoria más fresca recordada con aquel triple decisivo ante Brasil en Edmonton. Viene de tener un buen Sudamericano en Barquisimeto, más madura y más peligrosa en el tiro. Estando bien, la incidencia de la mendocina es fundamental.
Luego ya caeríamos en el juego interior, donde lo tarea de Gisela Vega, Agostina Burani y Ornella Santana tendrá un rol decisivo en ambos costados. La experiencia de Vega es indiscutible, su potencia y capacidad de resolución en el poste bajo siempre es una garantía confiable, aunque ahora tendrá un desafío importantísimo ya que deberá luchar contra los centímetros de talla de sus pivotes rivales. Ya lo ha hecho varias veces, ya sea en la selección o dentro de su extensa trayectoria en España, y ahí recaerá una de las principales claves porque Argentina deberá abastecer bien a la entrerriana. Con Vega se ganan puntos y rebotes (su media desde el regreso en 2013 es de 14.7 unidades y 8.4 tableros contabilizando los seis torneos desde esa vuelta hasta hoy), por eso será el gran pilar.
Si bien el eje será la entrerriana, lo de Burani y Santana no deja de ser importante, aunque con aportes quizá más volcados al costado defensivo que al ataque. Ambas han pegado un salto interesantísimo, aportando más movilidad y un tiro más a media distancia que el que pueda aportar Vega castigándose debajo del aro. No obstante, en el cuidado del aro propio seguramente tendrán una mayor incidencia. Tanto la jugadora de Lanús como la de Estrella de Berisso se han consolidado en el último tiempo, ambas pueden rotar entre el puesto del 4 y 5 (aunque Burani tiene mayor maniobra en esa alternancia) y serán un buen complemento, aunque la exigencia de este repechaje les dará la posibilidad de dar un paso más adelante.
Detrás hay otro tridente de opciones, quizá regularmente con menos minutos pero cada una teniendo buenas posibilidades de sumar y aportar, desde la repartición de minutos como también desde el buen andamiaje que pueden tener.
Lo de Victoria Llorente es interesante porque desde las formativas ha ido mutando en diversos puestos, hoy más como una alternativa viable de 4 pero también corriéndose hacia atrás para aparecer con algún tiro lejano desde el lugar de alero. Su experiencia en el Gernika, donde pegó ese esperado salto a Europa, la fortaleció un poco más porque de hecho tuvo una temporada debut sólida.
También hay que sumar lo de Celia Fiorotto como alternativa, que puede rotar en ambos puestos de la pintura, siendo una de las chicas con menos recorrido en el seleccionado de mayores pero con apariciones importantes como en el último Preolímpico de Edmonton (donde promedió 8.3 puntos y 4.3 rebotes, de recordado desempeño ante Brasil por el podio). Completa las variantes Diana Cabrera, viniendo un poco más de atrás pero en un puesto donde deberá hacer pesar su talla (1.85, lo mismo que Vega y Llorente) y donde en las alturas puede llegar a cumplir un rol necesitado que si lo explota será interesante para dar una buena mano.
Material para creer que se puede lograr hay, está claro y no es descabellado creer que se puede lograr, aunque por delante hay mucho camino que recorrer. La primera fase será primordial para definir el posterior cruce clasificatorio, aquel enfrentamiento que definirá uno de los boletos a Río en caso de finalizar la ronda inicial dentro de los dos primeros lugares del grupo. Parece un trayecto corto si se quiere evitar el más largo (el que jugarán los perdedores de octavos de final), aunque cualquiera sea el camino cada paso debe darse con firmeza y no habrá tiempo para relajarse.