Francisco Cáffaro no pudo formar parte de la preselección de Argentina por sus compromisos con la Universidad de Virginia. Sobre esta situación profundizó el prometedor pivote en una entrevista con Básquet Plus. También se refirió a la camada del 2000, a sus expectativas con los Virginia Cavaliers y a su forma de internalizar las elevadas expectativas puestas sobre él.
- ¿Sabrías explicar la situación por la que no podrías quedarte con el equipo?
. No pude ir a entrenar con la selección mayor en primera instancia porque ya me había perdido un mes y medio de clases por mi participación con la selección U19. Si iba con la mayor y quedaba en el equipo, se iban a acumular dos meses más sin ir a clases y sin entrenar con ellos. Me habría perdido las dos sesiones de verano y el inicio del semestre, que es un montón y muy valioso tiempo escolar perdido, muy difícil de recuperar en un año.
- ¿Tenías chance de quedar libre o algo similar?
. Las clases de verano se extienden durante un mes, en la que vas todos los días por un lapso de dos horas y media. En ese tiempo cubrís el trabajo que se hace durante una semana escolar normal. Yo me perdí una de las sesiones, es decir tres créditos. Si me perdía otra sesión eran tres créditos más junto con una parte del semestre que es muy difícil de recuperar, en la que hay mucho trabajo por hacer. Entonces, me habría perdido seis créditos y habría tenido que tomar incluso una mayor cantidad de clases en el semestre. Con el tema del básquet es muy complicado, porque tenemos que tener un mínimo de 15 créditos por año.
- ¿Te quedaste con muchas ganas?
. Sí, obvio. El simple hecho de entrenar con la mayor es un sueño cumplido; mi hermano está siendo parte de todo el proceso y también se sumó Lea Bolmaro. Me hubiese gustado muchísimo compartir el proceso y si llegaba a formar parte del equipo; también habría sido increíble estar en un torneo con la mayor a los 19 años.
- ¿Qué sensaciones te quedaron luego del Mundial U19?
. Me volví con un gusto un poco amargo. Tuvimos un muy buen torneo: ganamos tres partidos contra equipos europeos, completamos un inicio muy bueno pese a algunas complicaciones como la lesión de Bolmaro. Pero me parece que como equipo no pudimos dar el 100 por ciento en todo momento. Tuvimos un récord 5-2, que creo que es el mejor balance de la selección argentina en un Mundial U19. No terminamos con la mejor posición, pero hicimos un torneo muy bueno. Estoy contento con lo que hicimos, más allá del resultado.
- En lo personal, ¿te sentiste cómodo?
. Personalmente me sentí bastante cómodo. Hacía mucho tiempo que no jugaba y no me esperaba hacer algunas de las cosas que hice. Siento que si yo hubiese vuelto un poquito antes, podría haber estado en mejor estado. En el primer partido, en el que Rusia no tenía mucho scouting, pudimos rotar bien la pelota: pudo entrar, salir tranquilamente, había uno o dos jugadores marcándome siempre, así que eso hizo más fácil la rotación. Después, contra Filipinas y el resto, la defensa estuvo muy centrada en la pintura. Nosotros no estuvimos metiendo muchos tiros en el torneo, entonces la defensa se cerraba y siempre había dos jugadores conmigo. Eso complicó bastante, porque nosotros jugábamos bien cuando la pelota podía llegar adentro y después salir. yo personalmente me quedé con bronca porque hubo partidos en los que fue muy difícil hacer llegar la pelota en la pintura. No estoy diciendo nada malo de mis compañeros, sino que las defensas estuvieron muy centradas abajo; me hubiese gustado que se hayan dado juego más abiertos y poder haber sido un poco parte de eso también.
- Igualmente imagino que lo más importante para vos era volver a jugar...
. Obvio, hacía mucho tiempo que no jugaba. Más de un año. Se sintió muy bien volver a jugar; incluso contra Filipinas me pegaron una patada en el gemelo y lo tenía hecho una pelota. Todo el torneo me molestó, incluso ahora se siente un poco. Era un dolor muscular, nada que pudiera provocar una lesión mayor, y las ganas de jugar estaban igual. Por suerte pude seguir jugando, salvo en el último partido en el que lo hice solo durante dos minutos porque estaba muy dolorido.
- ¿Qué te genera este grupo? ¿Las expectativas que tienen ustedes son medidas?
. Este equipo me ilusiona un montón a mí. Juan Fernández es categoría 2002, pero demostró que puede ser parte de esta camada y que puede hacer muchas cosas. Está jugando internacionalmente, al igual que Fran Farabello y yo en Estados Unidos; sumó a Leandro Bolmaro y ahora a Juani Marcos en Barcelona. Hay mucho talento y se ve que hay muchas ganas y la gente lo nota. La gente nos está mirando y está observando lo que estamos haciendo día a día. Ahora depende de nosotros seguir trabajando y demostrar que esta camada puede sacar muchísimos jugadores. Bolmaro y yo estuvimos convocados en la mayor y creo que si seguimos entrenando como lo hicimos hasta ahora, creo que hay muchas posibilidades de que en un futuro haya más jugadores de esta camada en la mayor.
- Hace unos días hablé con Oveja Hernández y me dijo que si quedaba alguno de los convocados de la U19 no iba a ir a aprender. ¿Te sentías en ese nivel de exigencia o te sorprendió?
. Creo que una oportunidad como esa hay que aprovecharla al máximo y hay que estar siempre preparado para jugar. Bolmaro jugó en la Liga Nacional, como la mayoría de nuestros jugadores que están en la preselección. Al estar en una situación como esa, daría el 100 por ciento y obvio que lo tomaría como un aprendizaje para sacar experiencia, pero si me toca representar a la selección, sin importar la edad que tuviera, lo haría para ayudar al equipo y tratar de dejar la camiseta lo más alto posible. Errores siempre va a haber, pero hay que analizar que tipo, cuando se dan y cómo reaccionás ante eso.
- En esa misma nota Oveja hizo una descripción tuya bastante precisa. ¿Te hacen ruido esas cosas?
. En realidad no. Está más que claro que eso es un sueño, me encantaría jugar al gran nivel internacional, pero todavía no arranqué ni mi primer año con la Universidad de Virginia. Este va a ser el primer año en el que voy a poder jugar oficialmente; ahora estoy al 100 por ciento con el equipo. Quiero que mi cuerpo y mi mente estén preparados, quiero estar lo mejor posible para cuando me toque entrar en la Universidad. Como con la selección, voy a dejar todo por el equipo y por mí. Estoy en una de las vidrieras más grandes del mundo para jugadores adolescentes, ahora quiero focalizarme en eso. Ojalá en un futuro eso se pueda ir dando, paso a paso.
- ¿Podés aislarte de todas las especulaciones que se arman alrededor tuyo para enfocarte en este primer año para vos en Virginia?
. Sí, porque yo todavía no tuve la oportunidad de probarme contra otros jugadores y equipos universitarios de alto nivel, con proyección NBA. No veo la hora de poder hacerlo y jugar a ese nivel. De ahí se verá, este es un año muy importante, voy a terminar la temporada con 20 años y todavía me quedarían tres años con la Universidad, de ser necesarios. Si es por mí, me quedaría los años que sean necesarios con tal de seguir mejorando y abriéndome más puertas. Como te dije antes, esos comentarios hacen ruido, pero hay que focalizarse en lo próximo.
- ¿Para qué te sirvió la experiencia en la Academia de Australia?
. La Academia de Australia fue la mejor decisión que tomé en mi vida, no solamente por el básquet. Por el tema deportivo fue increíble, las facilidades y los profesionales que tienen en allá son de los mejores del mundo. Trabajás con la gente de la NBA, que año a año están creando más competencias para los jugadores. Por otro lado, sumás un montón de contactos y conocés un montón de gente, algo que ayuda al jugador en cualquier aspecto. Para sacarte alguna duda o por alguna consulta, son importantes. Además, cuando llegué a Australia no hablaba ni una palabra del inglés y ahora estoy estudiando en una de las Universidades más prestigiosas de los Estados Unidos; entiendo todo y estoy al nivel en el que están los otros estudiantes académicamente. Me ayudó mucho el haberme ido de mi casa y haberme separado de todo lo mío. Salí de la zona de confort con 16 años recién cumplidos; hay días que tenés ganas de volverte, pero eso te ayuda un montón para fortalecerte y para valorar muchas cosas.
- Hoy Agustín está muy reconocido y el más chico empieza a hacerse un nombre. ¿Te genera una ilusión concreta pensar en un futuro con los tres en la selección?
. Más que claro que sí, no es algo que se me genera ahora. Siempre supe que Agustín iba a tener su momento y que lo iba a saber aprovechar. Confío mucho en él y en su capacidad, trabaja un montón para lograr lo que logra. Creo que en un futuro se podría dar, Esteban es un jugador que trabaja y que da siempre el 100 por ciento. Demostró en un par de torneos que también puede. Yo también voy a estar trabajando y dando el 100 por ciento para poder estar también. Es un sueño y depende de nosotros, de seguir trabajando para poder lograr en un futuro.
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