El día del debut siempre ha sido complicado para la Argentina en los FIBA Américas (perdió 4 de los últimos 6 inicios), y esta vez no cambió la historia. Quizá se pensaba que Puerto Rico no estaba tan bien como en otros años, algo que es cierto, pero un rival caribeño no es la mejor opción, casi nunca.
Hernández apostó a una formación inicial novedosa, con Garino de dos y Deck de cuatro, pero si la idea era arriesgar el tiro exterior de Puerto Rico, de entrada salió mal, muy mal.
Entre Barea (un infierno en el primer cuarto con 11 puntos), Ayuso y Holland, clavaron 6/8 bombas en esos 10 minutos que le permitieron a los boricuas sacar 12 puntos de luz en un par de ocasiones, mostrando la peor cara de Argentina, su defensa.
Igual, el descanso de Barea, la aparición más activa de Scola y un gran pasaje de Garino, permitió que Argentina se la llevara barata al final del período: 24-29.
En el segundo cuarto, pasaron cosas lógicas. Argentina mejoró su porcentaje de cancha, aunque con algunas pérdidas, Puerto Rico no pudo mantener semejante porcentaje en triples y tampoco la defensa zonal que confundió a Argentina siguió haciendo efecto.
A esta altura, Scola era determinante (terminó la mitad con 17+8), pero faltaba precisión. Eso llegó después de quedar abajo 41-34, y con Scola otra vez poniéndose la capa de Superman: 5 puntos del porteño más 2 de Laprovittola permitieron igualar en 41, para irse al descanso largo 44-41.
El tercer período remarcó la tendencia, aunque esta vez Argentina se encontró con un personaje quizá inesperado: Patricio Garino. El marplatense de 22 años anotó 9 en el cuarto y fue clave para conseguir pasar al frente por primera vez 59-58.
Garino no solo fue el que reemplazó el gol de Scola (fue a descansar con 3 faltas), sino que defendió tremendo, robando alguna bola en primera línea y terminando contras con actitud y personalidad, como el volcadón que le dio 3 de luz a los de Hernández (63-60), con falta incluida.
Argentina, de todos modos, no lo podía quebrar, porque aunque Barea se mostró más controlado, defensivamente el equipo no tuvo una gran solidez. Le penetraron con cierta facilidad, y tiraron en las salidas de los picks con cierta holgura.
Cuando el partido se volvió a trabar, dos triples de Safar, que no había tenido muchas opciones de tiro, más la enorme mejoría en defensa y ataques efectivos, le dieron la máxima a Argentina: 86-72 con 5m minutos por jugarse (74-72 fue el resultado del período anterior): 12-0 en el arranque del cuarto.
No estaba liquidado, pero Puerto Rico sentía el trajín físico. Barea ya no era el de antes, Balkman tenía 4 faltas desde hacía un rato y las penetraciones boricuas carecían de la dinámica previa, más allá de la notable mejoría argentina en defensa.
Puerto Rico achicó distancias a los ponchazos, pero tenía demasiado en contra y poco a favor: 14 de desventaja y el físico que no respondía. Bajó a 9 y Oveja paró el juego con un minuto, como para no darle chances de tomar confianza.
Una gran acción ofensiva en el siguiente ataque (asistencia de Scola para el corte de Campazzo), volvió a poner la diferencia en dos dígitos (90-79), pero con el reloj a favor: 2m20s.
El cierre no fue el mejor y con algunas desconcentraciones en ataque, más un Puerto Rico ya sin nada por perder, la diferencia bajó a 5. Igual, el triunfo nunca corrió real peligro y el 91-86 final quedó en manos del seleccionado nacional.
Argentina (91): Nicolás Laprovittola 8, Patricio Garino 19, Gabriel Deck 4, Andrés Nocioni 14 y Luis Scola 22 (FI); Facundo Campazzo 5, Selem Safar 14, Leonardo Mainoldi 3 y Marcos Delía 2. DT: Sergio Hernández.
Puerto Rico (86): JJ Barea 20, Larry Ayuso 6, Ángel Vassallo 10, Richard Chaney 13 y Renaldo Balkman 15 (FI); Guillermo Díaz 0, Javier González 0, Carlos Rivera 6, John Holland 8, Ramón Clemente 2 y Jorge Bryan Díaz 6. DT: Rick Pitino.
Parciales: 24-29, 41-45, 74-73 y 91-86.
Árbitros: Cristiano Maranho, Steven Anderson y Anthony Jordan.
Estadio: Palacio de los Deportes.
Por Fabián García (enviado a Ciudad de México)
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