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El partido tuvo un inicio lento, que sería una muestra clara de lo que vendría a continuación durante la primera mitad. Uruguay defendía muy duro pero estaba seco en ataque, mientras que Brasil tampoco estaba certero, pero con algo de Vítor Benite y JP Batista, tomó una pequeña diferencia de 7 a 2.

De todas maneras, la misma le duró poco. Uruguay tardó unos 7 minutos en anotar su primer gol de campo, pero se mantenía a tiro desde la línea de libres. Por fin, un triple de Mauricio Aguiar cortó la sequía y tras dos simples del alero de Regatas, el marcador se igualó en 7.

El resto del primer período transcurrió por caminos similares. Mucho fricción y lucha, pero poca precisión e ideas. Para los de Capelli hubo un interesante ingreso desde el banco de Reque Newsome y tras diez minutos, el duelo seguía igualado en 12.

Lo que los uruguayos sufieron en el inicio del primer cuarto, le tocó padecerlo a los de Magnano en el segundo, con un importante tramo sin encontrar la red. En Uruguay la banca siguió dando soluciones, ahora con la entrada de Luciano Parodi en la base. El joven armador le dio algo de tranquilidad al ataque de su equipo, que con un triple de Fitipaldo y un dobles de Mathías Calfani, sacó una máxima de seis (23-17).

El cierre del primer tiempo siguió sin dejar demasiadas variantes. Los charrúas perdieron rápidamente el envión ganado con esa ráfaga que los puso adelante, mientras que Brasil apenas sumaba de la mano de Marquinhos (9 puntos). En ese contexto, los dirigidos por Capelli se fueron a los vestuarios al frente por 27 a 24, a pesar de haber lanzado un 21% de cancha durante los 20 minutos de arranque.

Luego de un tercer cuarto que mantuvo la paridad en sus primeras posesiones, Brasil tuvo quizá sus mejores minutos hasta ese momento. Los uruguayos sufrieron alguna que otra distracción defensiva y con un encendido Marquinhos, los de Magnano se fueron al frente por 37 a 33.

Para colmo, una falta técnica al banco de Uruguay le daba la pelota y un libre para ampliar la ventaja a los brasileros. De todas maneras, Marquinhos falló desde la línea y a partir de ahí, el encuentro cambió. Nicolás Borsellino consiguió un par de dobles en la zona pintada y más tarde, Aguiar clavó un triple que adelantó a los suyos por 41 a 39.

El cierre siguió siendo todo para Uruguay, ante un Brasil apagado y de nuevo sin variantes. Parodi, otra vez clave desde el banco, convirtió una jugada de doble más la falta y sobre el cierre del período, asistió a Borsellino para que la Celeste se meta a los últimos 10 minutos con diferencia de cinco (46-41).

El mejor momento charrúa siguió en el cuarto parcial y hasta se potenció. Por fin, el aro se le abrió a Fitipaldo, que venía torcido con el tiro externo y ayudado por Parodi, Uruguay tomó una máxima de diez (55-45). Brasil continuaba no sólo impreciso, sino también sin mostrar las energías necesarias para dar vuelta el trámite.

Por si quedara alguna duda, Fitipaldo y Parodi volvieron a encontrar puntos en los siguientes ataques, estirando la ventaja a 13 (60-47). Los dirigidos por Magnano ya no tuvieron reacción y Uruguay terminó quedándose con una importantísima primera victoria por 71 a 57.

Uruguay (71): Martín Osimani 5, Bruno Fitipaldo 12, Mauricio Aguiar 10, Mathías Calfani 11 y Kiril Wachsmann 5 (FI); Luciano Parodi 11, Demian Álvarez 0, Marcel Souberbielle 0, Reque Newsome 8 y Nicolás Borsellino 9. DT: Adrián Capelli.

Brasil (57): Ricardo Fischer 2, Vítor Benite 4, Marquinhos 21, Olivinha 0 y Augusto Lima 4 (FI); Rafa Luz 2, Leo Meindl 0, Rafael Mineiro 2, Guilherme Giovannoni 9, Joao Paulo Batista 8 y Marcus Toledo 2. DT: Rubén Magnano.

Parciales: 12-12, 27-24, 46-41 y 71-57.

Árbitros: Pablo Estévez, Roberto Vázquez y Roberto Oliveros.

Estadio: Palacio de los Deportes.