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Por tercer año consecutivo, los Cavaliers llegan a Cleveland con una desventaja de 0-2 en la final de la NBA, siempre con el mismo rival: los Golden State Warriors. Por ahora, los desenlaces de esas historias han sio variados, con un buen final para los de LeBron en el 2016 y un contundente 4-1 para los californianos en el 2017. ¿Cuál será el escenario en esta ocasión? Mucho tendrá que ver con lo que suceda este miércoles.

El tercer juego arrancará a las 22 horas de nuestro país y promete marcar un punto de quiebre en el cruce: si lo ganan los Cavs, habrá serie. Pero si los Warriors repiten el dominio de los primeros dos encuentros, tomarán una ventaja de 3-0 de la que nadie se ha recuperado en la historia de los playoffs. En otras palabras, ya no hay mañana para los dirigidos por Tyronn Lue.

Luego del sumamente analizado primer partido, el cual terminó en victoria de los Warriors por 124-114 en suplementario, Cleveland pareció pagar caro desde lo emocional la chance desaprovechada y disputó un segundo punto muy alejado del nivel necesario para vencer a Golden State. Los de Kerr estuvieron cómodos durante toda la noche del domingo, ganaron por 122-103 y le pasaron toda la presión a su rival, que ahora está obligado a reaccionar en casa.

El primer cambio que los Cavaliers deben conseguir está en el costado defensivo. Luego de recibir 124 y 122 tantos en los primeros dos compromisos, está claro que los de Lue tienen muchísimo para trabajar en ese aspecto. Esto resulta más fácil de decir que de realizar, sobre todo para un conjunto que viene de terminar 29° defensivamente durante la fase regular y que tiene en frente a uno de los mejores ataques de la historia. Sin embargo, sin esa mejoría, la final 2017/18 probablemente terminará en barrida.

Un problema importante para Cleveland es que en los Warriors se pronostica el regreso de Andre Iguodala, un hombre clave desde todo aspecto: no solo por ser el mejor defensor de LeBron que puede tener Golden State, sino también por lo mucho que a Kerr le estaba costando encontrar ese quinto jugador fuera de sus cuatro estrellas. Iguodala termina de completar el rompecabezas para los de Oakland y si está bien físicamente, no hay dudas de que será un factor determinante.

El otro punto clave que los Cavaliers van a precisar a partir de esta noche, es una mejoría de sus jugadores de rol. LeBron no puede ganar esta serie por si solo y tampoco alcanza solamente con lo que pueda colaborar Kevin Love. Jugadores como Kyle Korver, JR Smith y Tristan Thompson, entre otros, necesitan hacerse sentir y ser mejores laderos del Rey. Mucho se ha hablado de cómo las piezas complementarias elevan su rendimiento cuando juegan como locales y hoy será la oportunidad perfecta para confirmarlo. Si no lo hacen, las esperanzas de una final pareja comenzarán a desaparecer.