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El éxodo de jugadores argentinos a competencias de otros países creció exponencialmente durante los últimos años. Algo que venimos hablando en reiteradas ocasiones. Italia y España, por descendencia y por afinidad, son los destinos más elegidos por los argentinos. En muchas ocasiones no van solo a jugar, sino que también lo hacen para cambiar de vida.

Una de las grandes figuras de los últimos años en la Liga Nacional que decidió armar las valijas y emigrar fue Gastón Whelan. El cordobés salió campeón con Instituto de la máxima categoría del básquet argentino además del Súper 20 y cuando terminó la temporada 2021/22, partió. Con el máximo logro abajo del brazo. El cordobés primero jugó para APU Udine y luego partió a Rumania.

Desde 2023, Whelan se instaló en Italia y se sumó al Virtus Roma, un equipo que milita en la Serie B de aquél país. Estar en la capital de dicho país tiene sus beneficios, como estar cerca del Vaticano, un lugar con mucha historia, mítico e imponente donde está el Papa. En esta ocasión, también argentino, al igual que Gastón.

Hace unos días, Whelan se dio el gusto y el honor de poder asistir al Vaticano. “Luego de la victoria de visitante contra Atila Porto Recanati (equipo donde juega Joaquín Gamazo) por los cuartos de final, nuestro principal sponsor más los dirigentes que estaban presentes, nos dieron la grata noticia de que el miércoles 15 de mayo, íbamos a visitar y conocer al Papa”, comenzó narrando Gastón. Enseguida agregó: “Lógicamente que fue una noticia muy linda, ya que tener el privilegio y el honor de conocer a una persona emblemática y tan significativa no solo para nuestro país sino que para el mundo entero, fue algo increíble”.

Luego continuó: “El miércoles temprano nos reunimos en el club donde entrenamos, para ir todos juntos caminando ya que las instalaciones están a 20 minutos a pie. Estaban mis compañeros, el staff técnico, dirigentes y un lindo gesto fue que invitaron a mi esposa Camila para que sea parte de la delegación. Llegamos al Vaticano, pero no entramos por la plaza San Pietro sino que entramos por otro ingreso. Nos ubicamos a 20 metros de la silla del Papa Francisco, y fuimos partícipes de la audiencia Papal que todos los miércoles lleva a cabo. El acto no es una misa sino de una serie de lecturas y cánticos que realiza él en varias lenguas en compañía de los cardenales”.

Por último, expresó: “Luego al finalizar, nos ubicaron en unas escaleras previas a la entrada a la Basílica, y tras saludar a los presentes, se nos acercó a nosotros a bendecirnos y también a sacarse unas fotos. Como yo estaba en los primeros escalones, tuve la posibilidad de poder darle la mano y saludarlo. Fue muy emocionante, admito que estaba bastante nervioso y me temblaban un poco las piernas. Nos regaló una caja llena de rosarios bendecidos que lo repartimos entre mis compañeros y los presentes, y luego nos retiramos”.

Para cerrar, comentó: “Fue un momento muy lindo y emotivo la verdad. Haber tenido la fortuna de saludarlo y estar a unos pocos metros de distancia, es un recuerdo que lo llevaré conmigo para siempre”.