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El Torneo de las Américas de Portland en 1992 va a quedar en el recuerdo de los argentinos por lo que resta de la historia. Si bien el seleccionado dirigido por Walter Garrone no logró clasificar a los Juegos Olímpicos de Barcelona de ese mismo año, tuvo un gran desempeño. Un equipo que contó con varias de las figuras más importantes de la historia de la Liga Nacional. Además se dieron un lujo y un privilegio: enfrentarse con el Dream Team, el mejor seleccionado de la historia, que tuvo a varios de los mejores jugadores de la NBA y que fueron un equipo que cambió el futuro del básquet FIBA.

Más allá de la derrota abultada, bastante lógica para decir verdad, fue una experiencia única para los jugadores argentinos que disputaron ese encuentro. Algo que ellos mismos reconocieron y reconocen cuando hablan de ese torneo. Todos destacan la importancia de haberse enfrentado con ese equipo, con esos jugadores, varios de ellos idolatrados por los argentinos y sabiendo que la derrota era casi un hecho, se tomaron el partido como un disfrute.

Entre las varias anécdotas que quedaron de ese encuentro, hay una destacada de Luis Emilio Villar. Michael Jordan en ese momento estaba en un gran momento, venía de ser campeón en dos temporadas consecutivas de la NBA con los Bulls siendo la estrella rutilante. Era imparable. En un equipo repleto de grandes figuras como lo era el estadounidense, Su Majestad sobresalía del resto. Y si bien todos los jugadores argentinos querían una foto con el seleccionado completo, poder conseguir alguna individual era un plus, pero sacarse solo con Jordan era impagable.

Tan impagable era que los fotógrafos no estaban autorizados a sacar esa foto. Mili Villar recordó su plan maestro para conseguir ese instante de felicidad pleno en una nota de Infobae. El cordobés fue uno de los argentinos invitados a la central de Nike en Portland y allí se dio cuenta que la única forma de lograr una foto con Jordan era idear un plan minucioso.

“Recuerdo que, cuando llegamos, nos impactó todo. El lugar, primero. La central contaba con edificios de todos los deportistas top que tenían, incluido el de Jordan. Y lo segundo fue la custodia de Michael. Llegó al lugar como un dandy, con camiseta negra y un traje verde opaco, escoltado por tres guardaespaldas que no te dejaban arrimar. Ahí me di cuenta que necesitaba un plan para poder conseguirlo y sólo me quedaba el partido…”, comenzó narrando Villar.

Llegó la hora del partido y tal como todos comentaron, sacarse una foto con Jordan era imposible antes del encuentro. Sí hicieron una foto protocolar con los dos equipos formados, algo que se realizó con todos los demás seleccionados también. Entonces el momento perfecto era durante la entrada en calor previo al inicio de la segunda mitad. “Cuando volvimos del vestuario, me acerqué al fotógrafo de la revista Encestando, Carlitos Jones, y le dije que estuviera atento, que iba a tratar de cruzarme a Jordan para lograr la foto. ‘No se puede, está prohibido’, me dijo. Y yo sólo le respondí, ‘vos teneme en la mira’”, detalló el Mili.

Para cerrar, comentó: “Así fue que estábamos haciendo los lanzamientos de calentamiento en aros cruzados y yo, mientras tiraba, tenía un ojo mirando a Jordan, a ver qué hacía… Cuando veo que hace su último lanzamiento y encara para el banco de Estados Unidos, voy a su encuentro. Me le cruzo en su camino, pongo cara de póker y se lo pido. No le quedó otra que sacarse la foto... Si la mirás bien, fíjate que yo tengo mi mano su cintura para que no se me escape (se ríe). Lo había logrado: el trabajo de inteligencia, plan y la estrategia habían dado sus resultados”

Federico Radulovich / [email protected]
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