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Por unos minutos, el joven canadiense de 22 años que milita en Indiana Pacers, Andrew Nembhard, fue el jugador más famoso de la NBA. Su tiro en el último segundo contra la marca del mismísimo LeBron James le dio la victoria a su equipo por 116-115 ante Los Ángeles Lakers. El festejo desenfrenado que mostró no proviene solamente de una acción que la recordará toda su vida, sino por tanto sacrificio y sufrimiento que pasó para llegar a la liga.

El 7 de marzo de 2017, mientras el guardia asistía a la academia de baloncesto de la zona de Orlando, Montverde Academy, tuvo un problema de salud que lo marcó para toda su vida. Como alguien que creció con problemas estomacales, atribuyó las dolencias que sintió ese día a “otro episodio”, según contó el 18 de octubre a Spokesman, pero cuando el dolor se intensificó, Nembhard fue trasladado de urgencia al hospital.

“Cuando entré en shock séptico me di cuenta realmente de que era mucho peor de lo que pensaba”, señaló el novato que fue elegido en la selección número 31 por los Pacers, en el último Draft de la NBA.

Lo que Nembhard estaba experimentando era un nudo en los intestinos que conduce a una obstrucción intestinal. Experimentó terribles efectos secundarios: dolor intenso, vómitos y estreñimiento. Luego, los médicos le indicaron que se sometiera a una serie de procedimientos y cirugías, convirtiendo su estancia de una noche en el hospital en una residencia de seis semanas.

La paciencia y la visión, dos de las virtudes más fuertes de Nembhard como base, fueron puestas a prueba durante un proceso de recuperación que parecía estar avanzando sin esperanza. Su vida estaba en peligro.

“Recuerdo que lloré cuando estaba en el hospital después de la quinta o sexta semana. Estaba un poco deprimido, realmente no veía progresión”, le contó al citado medio Nembhard. Esas largas semanas de recuperación terminaron, pero tuvo que pasar una variedad de controles físicos antes de poder regresar a la cancha a pleno rendimiento. Sin exagerar, tuvo que aprender a caminar de nuevo.

“Apenas podía caminar, así que tuve que recuperar mis músculos, recuperar mi fuerza y ​​las habilidades de baloncesto seguían allí”, contó el jugador nacido en Aurora, Ontario. “Fue una especie de transición perfecta cuando la pelota tocó mis manos nuevamente”.

En los cinco años transcurridos desde entonces, la confianza de Nembhard, ahora justificada, lo ha ayudado a escalar a ser una joven promesa en la NBA. Surgió en la Escuela Secundaria Vaughan ciudad natal, luego llegó a la Academia Montverde, una de las más prestigiosas de Estados Unidos, lo que le permitió emigrar a un contendiente de la Conferencia Sureste de la NCAA, como Florida, para luego pasar Gonzaga. Su contrato con Indiana es de 4 años por $8.6 millones.

Sobre el chico que festejó en la cara de LeBron en el último partido de los Lakers, su entrenador dijo antes del comienzo de la temporada: “Tiene un sentido del juego de la vieja escuela”, señaló Rick Carlisle. “Él no tiene miedo y está tranquilo bajo presión. La elección en la toma de tiros que tiene es impresionante”, afirmó, y razón no le faltó.