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El último Mundial U19 del básquet masculino realizado en Letonia reunió un casi inconmensurable número de jóvenes proyectos de todas partes del planeta.

Desde prospectos de Estados Unidos hasta Francia, Serbia y Argentina, entre otros, el evento se encargó de juntar a los mejores de su especie en la categoría y ninguno defraudó con respecto a las expectativas que había para ellos.

El MVP se lo llevó Chet Holmgren, quien está proyectado para ser el pick número uno del Draft del 2022 en la NBA por su capacidad para hacer un poco de todo en ambos costados, con una habilidad para liquidar de tres y también poniendo la pelota en el piso o cubriendo espacios.

Su final no fue la ideal en el sector estadístico (diez puntos, dos rebotes y cinco asistencias en el juego decisivo ante Francia), pero dejó en claro su talento, con muchas cosas por mejorar y desarrollar. El interior tuvo medias de 11,9 tantos, 6,1 atrapes, 3,3 entregas y 2,7 tapas, a la vez que lanzó a un 62,0% de campo y 53,8% en triples. 

Otro gran chico que se robó las miradas fue Victor Wembanyama, el francés que para muchos debió ser el MVP y que también está proyectado para ser el número uno del Draft de la NBA, ¡pero de 2023! En definitiva, el interior hizo lo que se le antojó con apenas 17 años…

Su ductilidad le permitió ser una potencia en ataque y defensa, corriendo la cancha como portador o definidor, provocando rompimientos, con adaptabilidad en el pase como asistidor y controlando al resto atrás con una capacidad de salto única, velocidad en los desplazamientos e instinto para entender los momentos justos en los que había que saltar.

Se despidió con 14,0 puntos, 7,4 rebotes, 1,4 asistencias y unos impresionantes 4,7 tapas por encuentro. Además, lanzó con medias de 45,8% de campo, 18,2% en triples y 78,3% en libres.

El tercero en cuestión fue Nikola Jovic, a quien muchos recuerden por el nivel que mostró ante Argentina en los playoffs. El serbio presenta tamaño (2,08 metros) y excelentes habilidades para ocupar cualquiera de las tres posiciones exteriores.

Sabe jugar el pick and roll, tiene capacidad atlética y lee lo que pasa en la cancha como si fuera un veterano. 36,4% en triples, 65,2% en libres, 18,1 puntos, 8,3 rebotes y 2,9 asistencias reflejan como el agua lo que supo hacer para impactar en el conjunto balcánico.

En Canadá hubo dos jugadores que supieron rendir más arriba que el resto: Zach Edey, de 2,20 metros y 19 años, y Caleb Houstan, de 2,05 y 18.

El primero hizo destrozos en la pintura, sin ser un finalizador lujoso, pero siendo sumamente eficiente con 15,1 puntos y 14,1 rebotes, mientras que el segundo, que está proyectado para ser un pick de lotería en el Draft 2022, tuvo medias de 17,0 tantos, 5,7 atrapes y 2,4 asistencias. Luchó de tres a pesar de ser un gran tirador (19%), pero supo controlar otras facetas.

Finalmente, Argentina no quiso ser menos y su gran punto a favor en cuanto a proyección a largo plazo fue Juan Fernández. El interno se convirtió en el líder del equipo por su personalidad y calidad para irrumpir en todos los frentes, con versatilidad para defender en las cinco posiciones, ordenar al resto, ser el eje como pasador en el poste alto, medio o bajo y finalizar cerca del aro en la media cancha o en transición.

Todavía debe mejorar su tiro de tres (8,3% en el torneo), pero su mecánica supo ser natural por momentos y seguramente consiga el objetivo eventualmente. Promedió unas cifras interesantes de 14,0 puntos, 7,7 rebotes, 1,9 asistencias, 1,7 robos y 1,3 bloqueos con Argentina.

Kenneth Lofton Jr., Azuolas Tubelis, Rafael Pinzón, Rubén Domígues y Khalifa Diop fueron otros de los grandes talentos que supieron rendir con sus respectivos países, dejándolos en lo más alto y ofreciendo versiones sumamente sólidas.

Con mucho camino por recorrer, estos imberbes ya establecieron que se hablará de ellos con frecuencia en el futuro. Porque lo suyo recién empieza, llega la nueva realeza. 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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