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“Se juega como se vive”, es una frase que en el deporte resuena mucho, a veces los entrenadores apuntan esto a un jugador para indicarle que su desorden en la cancha es un espejo de lo que es su vida por fuera, en cuanto a cuidados extra basquetbolísticos. Sin embargo, la connotación de esa frase no siempre recurre a la crítica, a veces también puede ser positiva y jugar con la intuición a flor de piel; sentir lo que puede pasar en una jugada y simplemente hacerlo, es una arista que se puede destacar de un protagonista. Micaela González tiene mucho de esto último, su estilo de juego es tan simple como puro y mucho de eso se lo debe al streetball, el básquet callejero, el cual hace que una noche este rompiéndola en el mítico Héctor Etchart y al otro día este jugando con amigos en la plaza, todo bajo el mismo lema “disfrutando del básquet”.

Criada en el barrio de Villa Pueyrredón, en los Monoblocks que costean a la General Paz, Micaela González se encontró con el baloncesto en el Club 17 de Agosto a los nueve años y desde allí nunca más paró. Su felicidad está dentro de una cancha y las experiencias que viene acumulando (viajes por el mundo) con la naranja como compañía, son las que corroboran la certeza de haber elegido el camino correcto para transitar esta etapa de su vida.

“Empecé en el básquet a los 9 años gracias a quien hoy en día mi mejor amiga, Micaela. Eran esas épocas en las que faltaban minis en el club 17 de Agosto y las jugadoras junto con las entrenadoras salían a reclutar a la vecina, a la amiga que vive cerca y así sucesivamente. Mis primeros años de formativas fueron de la mano de Graciela Villar (madre del juez internacional Leo Salazar), una de las mejores entrenadoras a nivel formativo que existe a mi parecer”, comentó.

El verano, la pileta, los amigos, el club fue moldeando el amor por el deporte: “Me enganché porque era la época de verano del club y justo coincidía con la temporada de pileta, pero mi hermano jugaba al básquet y lo hacía muy bien, en esa época llego a estar en la primera de River siendo U17, después tuvo que dejar por los estudios”.

El 3x3 y el streetball, un estilo de vida

Aquellas jugadoras que se destacan en el básquet urbano o callejero, suelen ser las mismas que no le tienen miedo a nada, que juegan para divertirse y pasar el rato, sin tener que estar atadas a horarios, entrenamientos o tácticas.

“El street son los valores, la solidaridad, el poder compartir un mismo espacio con personas de otros mundos, ramos, que hagan o tengan un estilo de vida completamente diferente al tuyo pero los una un mismo hilo rojo. Por eso juego tantos 3x3, sea universitario a nivel mundial, internacional, sudamericano o en la Copita o en la Carbonera de Merlo. La sensación de placer de jugar contra hombres es única, de poder jugar de igual a igual y que no te respeten y te quieran ganar es algo que no todos los ámbitos del básquet te dan. Hoy en día siento más respeto desde el street que desde el basquet femenino en general”,explicó Mica sobre su pasión por ser parte del circuito del básquet callejero.

“Yo juego como juego gracias al street”, aseveró reinvidando su mundo paralelo con la naranja por fuera de la Liga Nacional profesional. “No soy una jugadora dócil de por sí, me adapto por supuesto, lo que la entrenadora o entrenador me pidan intento hacerlo, pero va mas allá de un sistema o de un estilo de juego”.

Estar en un picado de 3x3 en cualquier momento que se pueda, es casi como una religión para la escolta porteña: “Puedo estar frustrada, cansada, que si me das a elegir, prefiero estar  mi fin de semana con solcito en la Copa (la plaza de ubicada en Saavedra que tiene a Manu Ginóbili dibujado en el centro) desde las 17 hasta las 21/22, es mi forma de volver a mis ganas de todo. Después de cada partidito que juego de liga, los muchachos me mandan mensajitos orgullosos, para ellos ya es normal que esté en todos los 3x3 mixtos aunque sean en época de Liga. Entienden que mi amor por la calle va más allá de lo profesional”.

El placer y la felicidad de conocer el mundo con el básquet

El 3x3 llegó para quedarse en el básquet, siendo un deporte olímpico desde Tokio 2021 y con ello se refleja su importancia con infinidades de torneos alrededor del mundo. Mica González es una de las que siempre estuvo metida en esta modalidad y es casi una especialista en la materia, tal es así que a través de los torneos universitarios pudo llegar bien lejos representando a Argentina.

“Antes de ir a Los Indios estaba dedicada de lleno al básquet universitario, jugando torneos internacionales, teniendo la posibilidad de viajar que es lo más lindo. Representar a tu país y encima jugar 3x3 es algo hermoso”, destacó.

Entre las universidades del país se juegan torneos regionales y nacionales. Luego los campeones de cada país se enfrentan en un sudamericano o panamericano y en esos torneos del primero al tercero se gana la posibilidad de ir al torneo mundial en Xiamen, China, lugar en el que estuvo la escolta de Los Indios disputando la competencia en el 2017.

“China es una locura, nunca se me pasó por la cabeza que iba a viajar ahí con le básquet, pero la verdad que fue un lujo, algo de otro mundo. Jamás pensé presenciar un torneo de tal magnitud, nada que envidiarle a un torneo de selecciones a nivel mundial. La organización fue espectacular, mantenían un orden tanto en las reglas dentro del hotel, como del predio en donde montaron la cancha y para con los horarios de transporte que daba miedo (risas), tenían todo calculado. Ni hablar de la calidad de jugadores y jugadoras que había de los diferentes países. Fue un viaje único, realmente increíble. Tenemos la posibilidad este año de volver a repetirlo pero estamos esperando la confirmación del Panamericano en Lima”.

Desde el juego, las diferencias entre el 3x3 y el 5 vs 5 son bastante notorias, aunque se puede sacar cosas de una modalidad y otra para el beneficio del protagonista en cuestión. Según González hay mucho para incluir desde el 3x3 al baloncesto convencional: “Desde el tiro rápido, al dribling. También sirve para los contragolpes en el cinco versus cinco, cuando tenemos ventaja a cancha abierta atacar es mucho mas fácil. Sacar el tiro desde el dribling también es algo que se trabaja mucho en el 3x3. Esos 10 minutos de juego son eternos, puede pasar cualquier cosa, y el poder adaptarlo al convencional es entender que ningún resultado esta sellado hasta que no termina el juego. Es otra dinámica completamente diferente”

Los Indios de Moreno, la explosión y el reconocimiento

La pandemia puso stop a toda la actividad y para el básquet femenino también fue letal, dado que venía creciendo mucho con la Liga Nacional y el parate fue como un golpe al mentón. Muchas chicas decidieron emigrar antes de la vuelta de la actividad y otras estaban allí esperando la oportunidad, mientras tanto jugando al básquet donde se podía. Mica González estaba de lleno en la modalidad tres por tres, mientras que por otro lado se estaba armando el equipo para afrontar la liga en Los Indios de Moreno y allí entró en acción Carlos Denegri, hoy coach de Ferro.

“Los indios es un tema aparte (risas), me queda tan pero tan lejos que lo pensé un millón de veces que hacer, si ir o no ir. Pero bueno pienso que es un club que más allá de lo deportivo, logra generar en uno un sentido de pertenencia y amor por los colores que no todos tienen, y por eso lo sigo eligiendo. Cuando fui con Carlitos (Denegri) sabía a lo que íbamos a jugar y sabía que tenía vía libre para poder ser yo misma y eso me dio el pié para seguir queriendo pertenecer. También me agarro en medio de una pandemia, yo no me quería ir de Buenos Aires y la idea de irme a Indio me cerró y acá estoy defendiendo la camiseta con mucho sentimiento y amor”.

Esa duda de ir o no ir se disipó desde un primer momento, dado que en la temporada de la Liga Nacional, Los Indios hizo un interesante papel para ser debutante y Mica González fue ella misma, tan ella misma que terminó siendo la goleadora de la competencia.

“Fue como un mimo al esfuerzo de tantos años, realmente no es que me aferré de eso para algo en particular, pero si fue lindo ver en números lo que fui dejando año tras año, como todas las jugadoras supongo, pero bueno en este caso me tocó a mí. Al autoestima suma un montón y también creo que es el balance perfecto para decir no fue en vano tantos kilómetros todos los días de entrenamiento y volviendo a tales horas o perdiéndome juntadas, cumpleaños o lo que sea. Valió toda la pena del mundo”

Desde el streetball al mundo, Micaela González y la certeza de saber cómo ser feliz en una cancha de básquet, nada más complejo y simple a la vez.
Mauro Osores / [email protected]