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La Liga Nacional comienza a dar frutos, empieza a dar oportunidades a chicas del interior para destacarse en su provincia jugando a gran nivel. La Liga Nacional se puso de pie y arrancó a caminar y en ese andar se pueden descubrir nuevos valores para el básquet femenino y así fue que entró en el radar el nombre de Sofía Cabrera, una escolta de Corrientes Básquet de perfil bajo que habló en la cancha con su juego y llamó la atención hasta del entrenador de la Selección Argentina, Gregorio Martínez.

“La verdad es que todavía no caigo mucho, estoy muy contenta con el llamado del entrenador y que me diga que me está siguiendo. Igualmente cuando me enteré me alegre mucho, pero traté de seguir metida en los entrenamientos con mi equipo y no relajar”, describió Sofía sobre sus primeras sensaciones tras saber que está dentro de una lista de jugadoras seguidas especialmente por el cuerpo técnico de la selección.

El capítulo de estar en la mira de la selección es lo más reciente de esta historia, pero esto comenzó mucho tiempo atrás, con precisión serían unos 17 años antes, cuando la pequeña Sofía llegó al básquet de la mano de un hermano mayor. “Arranqué a los seis años, mi hermano mayor había comenzado a entrenar y con mis hermanas también fuimos a ver cómo era y nos gustó mucho, así que ahí comenzamos. El Malvinas Argentinas en ese momento tenía una cancha sin techo, pero ahí fue donde crecí, encontré una segunda casa en ese tiempo y hasta ahora sigue siendo el lugar al que siempre voy, todas las chicas que fueron mis compañeras siguen jugando ahí”, recordó la escolta y afirmó también su sentido de pertenencia para con el Malvinas Argentinas, su club de la infancia.

El baloncesto femenino en la provincia de Corrientes, aún no está tan desarrollado y por eso que este proyecto de un equipo en la Liga Nacional es el puntapié inicial para poder darle formar y que gane terreno entre los deportes para elegir que tengan las niñas de esa provincia. Con este contexto y su deseo ferviente de progresar, Cabrera siempre supo que emigrar iba a ser lo ideal si quería jugar a un nivel más fuerte.

“Hasta los 17 jugué en Malvinas, luego comencé a participar de otros torneos como refuerzo. Jugué para Villa San Martin en torneos que se disputaban en Mendoza y Córdoba. Luego a mis 19 jugué mi primera Liga Nacional para Hindú Club de Resistencia, y ahí comencé a reforzar equipos de otras provincias, como en Tucumán y en provincia de Buenos Aires”, explicó la capitana de las Pasionarias y sus periplos por otras provincias para seguir con su pasión, el básquet.

En Olavarría, jugando para Ferro de esa ciudad tuvo una gran experiencia disputando el Torneo Federal y llegando al Final Four en la temporada 2019. Sobre lo que significa irse a jugar a otras provincias, la escolta expuso: “Las experiencias de salir a jugar a otras provincias en cuanto a lo personal fueron buenas porque conocí mucha gente que me ayudó a crecer y aprendí mucho. Todo era aprender en esos viajes y dónde mejor la pasé fue viviendo en Olavarría, creo que es como mi segunda casa, a las que hemos ido siempre nos han tratado demasiado bien y siempre voy a estar agradecida por eso”.

El proyecto de tener visibilidad con el básquet femenino en la provincia, puso al equipo de Corrientes en un lugar de cierto protagonismo y ellas fueran las encargadas de dar el empuje dentro de la cancha al plan diseñado. “Para mí significa un montón y para las que vienen también. Cuando inició este proyecto el año pasado y me llamaron me puse muy contenta, aproveché cada minuto de juego, es una oportunidad para seguir creciendo”

“Lo veo muy bien y necesario. Pienso que esto va a hacer crecer a futuro al básquet femenino en Corrientes, ya que las chicas que se están formando ahora pueden aspirar a algo más que solo jugar un torneo local. Jugar una Liga nacional antes era impensado”, agregó.

En la cancha fue una de las jugadoras de mayor peso en el equipo, además de la goleadora fue una especie de referente con tan solo 23 años, lo cual habla bien de su ética para trabajar y la dedicación que le puso a estar a la altura con el equipo de su provincia. “La verdad que trato de no pensarlo mucho, solo trato siempre de dar lo que pueda dar al equipo y a mis compañeras, y hacer también que puedan sentirse cómodas dentro de la cancha”, destacó Cabrera con mucha humildad.

En el certamen, Corrientes Básquet consiguió una sola victoria, pero en el deporte la lógica a veces queda de lado y las estadísticas no siempre muestran la realidad. El equipo dirigido por Diego Checenelli compitió contra todos y eso es lo que se lleva de positivo de la experiencia liguera.

“Estamos conformes por como competimos, pero nos hubiese gustado ganar algunos partidos más. Lo importante es que como dice nuestro entrenador que cada partido que jugamos lo utilizamos para construir para arriba y eso creo que lo logramos. En el cierre nos sentimos más cómodas con las chicas, ya que la mayoría no habíamos jugado juntas nunca y eso nos costó un poco al principio del torneo”, argumentó Sofía sobre lo que fue esta primera liga histórica para la provincia de Corrientes.

Esfuerzo, dedicación, compromiso y humildad son las palabras con las que se puede referenciar a Sofía Cabrera, la capitana del equipo de las Pasionarias, aquel equipo que contará la historia que fue el primero que puso de pie al básquet femenino de Corrientes y eso ya es mucho más de lo que se puede pedir.