Basquetplus.com

El fin de una era. La frase cliché de los últimos días, que en este caso se adecua a la perfección a lo que significaron, significan y significarán Luis Scola y Pau Gasol para la historia del básquet. Marcaron una época y jamás surgirá una igual de la forma en la que se dio la de estos experimentados jugadores.

Partido por el hecho de que nunca Argentina y España fueron potencias basquetbolisticas en el siglo pasado, más allá del mundial 1950 o la plata española en los angeles 84, nadie, ni siquiera el más optimista, podía pensar que ambos países fueran a dominar el universo FIBA de la manera en la que lo hicieron, llevando a lo más alto a cada uno de sus seleccionados con medallas de oro, trofeos y prestigio.

En el siglo XXI, ambas selecciones irrumpieron con énfasis y pasaron a dominar ese planeta internacional junto con el poderoso Estados Unidos, con  Argentina incluso destronándolo en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 para quedarse con la gloria y sorprender al globo entero.

Y lo más impensado de todo es que Scola y Pau fueron contemporáneos: misma clase (80), y los líderes de las dos camadas extraordinarias que dieron esos golpes que hoy se ven en un certamen sumamente competitivo sin un candidato claro al oro. La argentina (con base en la clase 1977), un poco antes que la española (base clase 1980), pero siempre conectando los puntos para elevar al resto.

Cambiaron el mapa mundial, dominado hasta ahí por la Unión Soviética (URSS) hasta comienzos de los 90 y por Yugoslavia, que aún desmembrada tras la partida de Tito y compañía se estiró hasta el 2002. Croacia tuvo un efímero éxito con la última danza de Drazen Petrovic, Toni Kukoc y compañía, pero nadie como ellos y sus equipos en los años más recientes.

Las palabras no se las lleva el viento y los trofeos hacen justicia con las citas que estos dos tienen con la eternidad. España ganó 11 medallas desde 2006. Argentina fue semifinalista en Mundiales y Juegos Olímpicos, cinco veces sobre seis entre 2002 y 2012, y volvió en 2019, perdiendo en la instancia decisiva ante los de Scariolo.

En definitiva, son además un ejemplo deportivo, de comportamiento, de forma de trabajar, de seriedad, de compromiso, de responsabilidad… dentro y, especialmente, afuera de las canchas.

El fin de una era, de una de las mejores de la historia.