Carlos Arroyo y la fascinante experiencia de jugar por detrás de John Stockton y Mark Jackson
20:46 13/10/2022 | Al base boricua le costó insertarse en la NBA, tuvo pasos truncos por Toronto y Denver, pero llegó a Utah y con dos maestros por delante entendió como jugar y fue figura.
El sueño de ser un jugador de la NBA lo tuvo desde pequeño y en Puerto Rico, esto es una cuestión que se puede palpar más cerca por proximidad y hermandad entre países, pero en el caso de Carlos Arroyo su talento hablaba por sí solo.
Primero fue un paso por la Universidad de Florida, para dar paso al sueño de jugar en la mejor liga del mundo, la cual llegó de la mano de Toronto Raptors, pero entrando por la ventana y nunca pudiéndose ganar un lugar. Luego fue Denver quien le tendió una mano con dos contratos de diez días y una prolongación hasta fines de la 2001/02.
Hubo un corte en ese verano, previo al Mundial de Indianápolis y otra vez la incertidumbre. La Copa del Mundo era su filtro para volver a ser tentado por un franquicia y tras un buen torneo de Puerto Rico, donde por ejemplo se dio el lujo de vencer al campeón Yugoslavia, Utah le dio una chance de estar, porque de jugar estaba más que complicado según recuerda el propio Carlos.
“Yo estaba bien contento cuando firmé en Utah a pesar que sabía que no iba a tener minutos, puesto que iba a venir de atrás de John Stockton y Mark Jackson, el número de asistencias de la liga y el número dos (risas). Pero no me importó sabía que iba a absorber todo su conocimiento, la manera en que miraban el juego, como se preparaban y quería aprender de ellos. Era una oportunidad grandísima. Estaba viendo todos los días como jugaban el pick and roll John Stockton y Karl Malone”, recordó en una charla con Héctor “Deplaymaker”.
Luego vino el momento para la historia, que si bien no refleja estadísticas, es un momento cúlmine de estar en el último juego de John Stockton y ser la última persona que lo reemplazó en una cancha de básquet: “Tengo el honor de decir que yo fui la última sustitución de John Stockton en Sacramento. Fue el primer round de los playoffs y en el último juego ya estábamos eliminados, me dicen entrar y en lo único que pensaba era eso, que era el último cambio de John Stockton”.
Utah se desmembró con la salida de su dueto dorado, puesto que tras la despedida de John, Malone siguió su carrera un año más en los fantásticos Lakers, junto a Kobe, Shaq y Gary Payton. Entonces a Arroyo se le abrió una excelente oportunidad de afirmarse en la liga y así la tomó: “Yo dependía de ese año para saber si pertenecía a esa liga”.
Entonces 12.6 puntos, 5.0 asistencias en casi 28 minutos por juego fueron suficientes para ganarse su nombre en la liga y cumplir, de manera más palpable, de ser un jugador NBA. “Esa fue mi gran oportunidad de probarme y de aprovechar el momento. Me gané el respeto de mi pueblo, de la NBA, de mis compañeros. Fue un año en el que estuve muy enfocado, estudiando mucho el juego, fue difícil desde los resultados, pero para mí fue una temporada que me llené de confianza, me encontré a mi mismo como jugador, aprendí muchas cosas de mí debido a la responsabilidad que tenía con el equipo”.
Mauro Osores / [email protected]
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