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Lucio Reinaudi volvió a tocar el cielo con las manos. El base cordobés, que logró el ascenso en su tierra con Independiente de Oliva siendo MVP, repitió la historia, pero esta vez con Racing de Chivilcoy, club que vivió este sábado una noche inolvidable. Con 15 puntos, 7 rebotes, 4 asistencias y 4 robos, fue la figura del quinto juego ante San Isidro y el líder emocional de un equipo que se reinventó durante toda la temporada. “Fuimos de menos a más, nos superamos en todo momento. Para ascender te vas a caer y no podés permanecer caído.

El premio al Jugador Más Valioso de las Finales le llegó por carácter y convicción, pero sobre todo, por representar a un equipo que creyó incluso cuando el panorama era gris. “Nos pidieron ser nosotros mismos. Salir a jugar, disfrutarlo, tener carácter y personalidad. No hubiera logrado un MVP si no estuviera en el mejor equipo de la Liga Argentina. Es un premio colectivo”.

Reinaudi llegó esta temporada a un Racing que arrancó lejos de su mejor versión. Sin embargo, ese mismo grupo se transformó, a base de trabajo y unidad. “El equipo no tenía el color al inicio de la temporada con el que terminamos. Nos enfocamos en nosotros, en trabajar todos los días. Supimos aprovechar los obstáculos para hacernos más fuertes. Eso se notó y lo pudimos plasmar en la cancha”. El click llegó en playoffs, donde cada golpe fue asimilado con más firmeza.

En una serie tremenda frente a San Isidro, un histórico de la categoría, Racing jugó su mejor básquet cuando más lo necesitaba. “Ese quinto partido fue el momento más desafiante. Había mucha presión, pero jugamos con un carácter que te llena de orgullo”, dijo. Ahora, con el ascenso consumado, Reinaudi se permite el alivio: “Mis metas son descansar y disfrutar. Después vendrán nuevos desafíos, pero hoy toca festejar”. A 9 años de haber ascendido al Federal, Chivilcoy ahora festeja la suba a primera con un Lucio Reinaudi de regreso a su categoría.

Pablo Catalá / [email protected] 
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