Historias NBA

Ben Gordon, la figura que se apagó de la noche a la mañana

16:39 06/10/2022 | La NBA te expone al más alto nivel y con un rendimiento positivo te transformas en un súper hombre. Pero cuando el retiro llega, el cerebro puede sacar su peor carta.

Ben Gordon, en tiempos dorados con la siete de los Bulls (Foto: Getty)

Ben Gordon fue aquel jugador de un futuro promisorio que surgió de la Universidad de Connecticut y que cuando llegó a la NBA con los Bulls, fue una grata sorpresa, mucho más de lo que se esperaba para un escolta tirador. Su juego era el de un asesino silencioso, con buena defensa y un mortífero lanzamiento exterior que lo transformaba en una amenaza constante. 

Sus años en la NBA comprendieron a diez temporadas, de las cuales seis fueron con Chicago, donde fue ese súper jugador que encajó perfecto en un sistema de baloncesto muy fresco que pregonó Scott Skiles con los Baby Bulls y que entre otras figuras tenía el motor energético del Chapu Nocioni y la calidad del externo nacido en Londres.

 


En su temporada como rookie ganó el premio al mejor sexto hombre de la temporada con una media de 15.1 puntos con un 40 por ciento en porcentaje en tiros de tres puntos. Era una joya la adquisición de Gordon, siempre se mantuvo como la principal arma ofensiva de Chicago y en su último año llegó a la media de 20.7 puntos, con unos muy buenos playoffs ante Boston.

El último año de Gordon coincidió con la llegada de Derrick Rose y todo su halo de un jugador de otra dimensión, un verdadero crack al cual le iban a dar mucho balones, por lo que el caudal ofensivo de Ben iba a verse mermado un poco. Esta situación, sumado a que se acercaba su renovación terminó decantando una salida del inglés a Detroit, consiguiendo los 60 millones de un suculento contrato.

A veces las decisiones monetarias, anteponiendo lo deportivo, no siempre son la mejor opción y tras salir de Chicago, sus pasos por los Pistons, los Bobcats y el Magic fueron sin pena ni gloria en equipos colistas en la liga. Nuca más jugó postemporada y su carrera se fue desmoronando dando lugar a otras cuestiones mentales más profundas.

En una carta abierta en el sitio The Players Tribune, Ben Gordon abrió su corazón y contó sus múltiples deseos de acabar con su vida. "Yo como hombre negro no necesitaba terapia. Mis problemas eran mis problemas y no tendrían que importarle a nadie", expuso mientras le daba poca importancia a aquello que le pasaba.

"Llegó un momento en el que me subía al techo de mi casa y simplemente pensaba en saltar y ponerle fin a esto", confesó sobre sus trastornos una vez alejado de las luces de una cancha de la NBA. En la misiva cuenta su calvario y lo que le costó pedir ayuda luego de haberla pasado muy mal una vez retirado.

En el 2017, mientras intentaba volver a la liga desde la G-League jugando para Texas Legends, Ben comenzó a meterse en problemas una y otra vez, quedando detenido en cuatro ocasiones en ese mismo año.

 


Ese año tuvo delitos de todo tipo, amenazó a un dueño de un departamento con un cuchillo y se llevó un dinero que supuestamente el le había prestado. Previamente había detenido por conducir con una matricula falsa, también una mujer lo acusó de golpearla y arrojarle objetos dentro de una tienda y por último encendió la alarma contra incendios de su edificio, sin que pasará nada en el lugar.

Estos comportamientos erráticos no coincidían en nada con el Gordon que brillaba en la cancha, por eso que la ayuda terapéutica fue gran parte de la solución a sus problemas y diagnosticar lo que le pasaba por la cabeza.

Con mucho trabajo mental y contención, Ben comprendió que lo suyo se trataba de un problema de ansiedad y trastornos de bipolaridad. El calvario de a poco se fue apagando y encontró un poco de paz interior, aceptándose a si mismo. "No estás loco, no estás dañado, solo sos como cualquier otro ser humano", remarcó.

Aceptarse y pedir ayuda, las dos cuestiones claves que practicamente salvaron la vida de una persona que supo ser millonaria, que tenía todo, pero afectivamente pasaban cosas. Ben Gordon pensó y salió, para poder vivir mejor.

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