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Cuando un equipo llega por tercera vez seguida a la Final Four de la Euroliga, nadie podría hablar de fracaso, pero en clubes como Real Madrid o Barcelona esa historia no corre. Los catalanes viajaron a Kaunas en esa situación (3 clasificaciones consecutivas), con una sola y única alternativa: ser campeones. Y no solo no fue, sino que los volvió a dejar afuera el eterno rival, Real Madrid, en semis, y con 3 bajas importantísimas. Inaceptable. 

El Mónaco, por el contrario, ya estaba cumplido estando aquí en Kaunas, y por eso vivió el partido por el tercer puesto como la posibilidad de irse ganador y terminar tercero cuando nadie lo esperaba antes del comienzo del torneo. Y jugó contento, lo opuesto a su rival. Barcelona nunca pudo despegarse del resultado del viernes, pese a que Jasikevicius intentó darle más minutos a los que menos habían jugado en las semis. Los menos afectados por la derrota. 

Ninguna de las estrategias usadas por Jasikevicius funcionaron. El pozo en el que cayó el equipo tras perder ante el Madrid fue demasiado grande y el punto ahora será ver si logran salirse de él para encarar el título de la ACB como meta final de una temporada que quedará marcada como la de la gran oportunidad perdida. Mónaco ganó 78-66 con Strazel como goleador (14), mientras que Lapro sumó 5 puntos, 4 asistencias y 2 robos en 23 minutos. 

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Fabián García / [email protected]
Enviado especial en Kaunas, Lituania
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