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La selección femenina de Estados Unidos, la gran favorita para conquistar su octava medalla de oro consecutiva en los Juegos Olímpicos, sufrió una inesperada derrota por 117-109 ante un combinado All Star de la WNBA. Este resultado sorprendió a muchos, ya que el equipo estadounidense lleva 55 victorias consecutivas en los Juegos Olímpicos desde su última derrota en 1992, un conjunto verdaderamente complicado.

Arike Ogunbowale fue la gran protagonista del encuentro. Después de no haber anotado en la primera mitad, terminó el partido con 34 puntos, estableciendo un récord en un All Star y logrando la segunda mejor marca en la historia de la WNBA en una sola mitad. Ogunbowale, quien decidió no formar parte de la selección olímpica, fue nombrada MVP del All Star por segunda vez, tras su primera consagración hace tres años. Su actuación fue decisiva para que el equipo de la WNBA lograra la victoria sobre el invencible Team USA.

El partido tuvo un sabor especial para Caitlin Clark la novata estrella fue la más votada para estar en el juego por su nivel y le tocaba enfrentar a la Selección de la que quedó afuera para París. Clark anotó 4 puntos y se convirtió en la primera novata en alcanzar las 10 asistencias en un All Star. Angel Reese, novata también convocante en el básquet femenino, registró un doble-doble con 12 puntos y 11 rebotes. Ambas jugadoras, conocidas por su rivalidad encarnizada, demostraron su talento y potencial en un partido en el que compartieron equipo por primera vez.

A pesar de la derrota, la selección de Estados Unidos sigue siendo la favorita para ganar el oro en París. Con jugadoras estelares como Brianna Stewart, A'ja Wilson, Diana Taurasi y Brittney Griner, el equipo cuenta con la artillería necesaria para alcanzar su objetivo. La derrota puede servir como un recordatorio de la competencia y la calidad que existe en la WNBA, pero no cambia el hecho de que Team USA sigue siendo el equipo a vencer en los Juegos Olímpicos.