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Cuando Chamberlain borró la palabra "fallar" de su diccionario

14:16 27/11/2020 | En 1967, el emblemático pivote comenzó la racha más larga de tiros anotados sin fallo. Fueron 35 y duró seis partidos.

Foto: NBA.com

La historia de la NBA tiene dos constantes: el talento se renueva constantemente y Wilt Chamberlain siempre aparecerá en los registros al momento de buscar algún récord. Casi como ningún otro jugador que haya pisado la liga, su impacto es fácilmente demostrable a través de los números. En total, ostenta 72 marcas históricas. Mucha de ellas parecen inalcanzables, incluso en una época como la actual en la que los horizontes estadísticos se han ampliado quizás como nunca antes. Una de ellas es el ejemplo perfecto de su dominio: el pívot ostenta la racha más larga de tiros anotados sin fallo, con 35.

Esta exhibición de precisión y poderío ofensivo ocurrió en la temporada 1966/67. Philadelphia 76ers había estrenado a Alex Hannum como su entrenador y uno de sus primeros ajustes fue pedirle a Chamberlain que centrara su estilo en la defensa y el rebote. La estrella del equipo aceptó y, aunque promedió la menor cantidad de puntos por juego (24,1) de su carrera, transformó su ofensiva en una oda a la eficiencia: 68,3 de acierto en tiros de campo, cifra récord en una misma campaña. Luego, él mismo se superaría en 1973. El interno tocó su techo entre el 17 y el 28 de febrero de 1967. La franquicia disputó seis partidos, ganó todos y su principal figura anotó 35 tiros consecutivos en ese segmento.

Uno de aquellos encuentros destaca entre los demás. Ante los Baltimore Bullets, Chamberlain marcó 18 de esos lanzamientos y estableció la marca de acierto sin errores en un mismo juego. Finalizó con 40 puntos, 30 rebotes y 10 asistencias y los 76ers se quedaron con el triunfo por 149 a 118. Hasta que lo lograra Nikola Jokic en la 2018/19, ese era uno de los dos únicos triples-dobles de 30 o más puntos con 100% de efectividad en tiros de campo. El otro, como no podía ser de otra manera, también le pertenecía a Wilt. Lo había conseguido un año antes.

Esa temporada le valió el tercero de sus cuatro MVP y culminó con el primer campeonato de su trayectoria, luego de que Philadelphia se impusiera en las NBA Finals ante San Francisco Warriors, el equipo del que se había ido dos años atrás. Chamberlain promedió 24,1 puntos, 24,2 rebotes y 7,8 asistencias en 81 apariciones. Todas sus cifras en el curso serían máxima de carrera para la gran mayoría de los jugadores que pasaron por la liga. Sin embargo, ninguno reflejó tan bien su dominio como aquella ráfaga de partidos en los que fallar no era una opción posible.

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