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El Real Madrid es el club más importante del mundo, con ingresos por más de 700 millones de euros en la temporada 2019/20 (la última oficializada públicamente), y con un valor general estimado en 4.750 millones de dólares. Por lo que hablar de 11 millones de euros es casi un vuelto para ellos..., bueno, no para tanto. 

El club madrileño, en básquetbol, también tiene un presupuesto alto (unos 40 millones de euros brutos totales en la 2020/21), por lo que las movidas de la pasada campaña y de la última semana, más allá de las consecuencias deportivas, les han dejado al menos un jugoso recurso económico. Para el Madrid, de todos modos, solo vale ganar, con lo cual el dinero pasa a un plano secundario. Pero hagamos cuentas. 

Facu Campazzo se fue en diciembre pasado, pagando una clásula de 6 millones de euros. Aquí, algunas aclaraciones. Los 6 millones son netos, con lo cual el bruto es prácticamente el doble, unos 12. De esos, Facu pudo adelantar su pago jugando algunos meses de la 2020/21, pero eso al Madrid no le cambia la ecuación: recibirá 6 millones en total, salvo que Facu vuelva antes de tiempo, algo improbable. Denver puso 750.000 dólares (brutos), esto es, unos 315.000 euros netos. Si bien el club cobrará a plazos, el monto total es ese. 

Además, por la salida de Gaby Deck, se llevó 2 millones de euros netos. Y ya están pagos al 100%. Lo mismo: Gaby puso el restante a los 315.000 que pudo abonar OKC. Y ahora, con la salida de Usman Garuba a Houston, el Madrid embolsará otros 3 millones. También en cuotas. Si sumamos entonces a los 3 (Campazzo, Garuba y Deck), 11 millones netos de ingresos, unos 22 brutos. Más que todos los equipos acb, salvo Barcelona y Valencia. 

Aunque a veces las decisiones de la dirigencia blanca dejan mucho que desear, hay que aceptar que en el rubro buyouts han sido muy hábiles. Nunca al nivel del número uno de la galaxia, don Josean Querejeta, mandamás del Baskonia, pero con un balance nada desdeñable. Eso sí, para reemplazar a los partidos han tenido que gastar otro dineral. Pero esa es otra historia.